Publicado: marzo 19, 2025, 4:30 am
Los presidentes de Rusia y Estados Unidos, Vladimir Putin y Donald Trump, mantuvieron una conversación de más de dos horas en la que abordaron distintos puntos para la resolución del conflicto en Ucrania. Según ha informado el Kremlin, la charla se desarrolló en un tono franco y detallado, abordando múltiples aspectos del conflicto que todavía deben ser discutidos con Ucrania.
De momento, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha declarado que su homólogo ruso ha rechazado en la práctica el plan de alto el fuego total propuesto por Estados Unidos y ha denunciado que después de la famosa conversación, Rusia lanzó un nuevo ataque con unos 40 drones Shahed contra Kiev y otras ocho regiones ucranianas.
Los puntos del acuerdo
Lo único claro tras la conversación entre Trump y Putin es que habrá una salida negociada del conflicto (las conversaciones se retomarán el domingo, en Arabia Saudí). Putin, según el comunicado oficial del Kremlin, alabó la figura de Trump como mediador y destacó la importancia de eliminar las causas profundas de la crisis, según se lee en el documento que no da mayores detalles de lo que implica esta aspiración rusa.
Un alto al fuego con condiciones
El mandatario ruso acogió la propuesta de un alto el fuego de 30 días. No obstante, Moscú destacó la necesidad de garantizar un control efectivo de la tregua, así como el fin de la movilización forzada en Ucrania y el cese del rearme de sus fuerzas armadas.
Putin señaló que el gobierno ucraniano ha incumplido acuerdos previos y expresó preocupación por lo que calificó como «crímenes terroristas» cometidos por combatientes ucranianos en la región rusa de Kursk. Asimismo, reiteró que un paso clave para reducir la escalada es detener la asistencia militar y de inteligencia de Occidente a Kiev.
Los militares ucranianos de Kursk
Entre otros puntos expuestos por Trump estuvo la seguridad de los soldados ucranianos rodeados en la región rusa Kursk. Antes esto, Putin afirmó que su país actuaría bajo principios humanitarios y respetando el derecho internacional en caso de rendición.
Trump también propuso que ambas partes eviten atacar infraestructuras energéticas durante 30 días y su homólogo ruso aceptó esta iniciativa y ordenó de inmediato su implementación a las fuerzas rusas.
Otro punto discutido fue la seguridad del transporte marítimo en el Mar Negro. El líder ruso se mostró receptivo a la iniciativa de Trump y ambas partes acordaron abrir negociaciones para abordar el tema.
El intercambio de prisioneros
El comunicado solo aporta claridad en el intercambio de prisioneros. Putin anunció que el 19 de marzo se llevará a cabo un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania, con un canje de 175 personas por cada lado. Además, Rusia trasladará 23 militares ucranianos heridos a sus autoridades como gesto de buena voluntad.
Asimismo, el Kremlin informó que ambas partes consideran la posibilidad de un acuerdo más amplio en el futuro, aunque su implementación dependerá del desarrollo de los acontecimientos y de la postura de otros actores internacionales.
Finalmente, ambos líderes confirmaron la creación de grupos de expertos rusos y estadounidenses para continuar con los esfuerzos diplomáticos y dar seguimiento a las iniciativas discutidas.
La agenda global y los juegos de hockey
Además del conflicto en Ucrania, Putin y Trump discutieron otros asuntos de la agenda internacional, incluida la situación en Oriente Próximo y la región del Mar Rojo. Se acordó realizar esfuerzos conjuntos para estabilizar las zonas de crisis y fomentar la cooperación en temas de no proliferación nuclear y seguridad global.
Y ya fuera de la agenda geopolítica del momento, el magnate estadounidense apoyó la idea de su homólogo ruso de organizar partidos de hockey en Estados Unidos y Rusia entre jugadores que compiten en la NHL (National Hockey League) y la KHL (La Liga Continental de Hockey, un campeonato profesional de hockey sobre hielo, conformado por equipos de Rusia, Bielorrusia, Kazajistán y China).
Este último pedido remite a la Guerra Fría, cuando las competencias deportivas jugaron un papel importante como una forma de confrontación indirecta entre las dos superpotencias de la época: Estados Unidos y la Unión Soviética. Estas competiciones no solo eran eventos deportivos, sino que también tenían un fuerte componente ideológico, ya que cada bloque intentaba demostrar su superioridad política, económica y social a través del deporte.