Publicado: diciembre 14, 2024, 3:15 am
En tanto que la moda, el cine y la música (y seguramente tantas otras cosas más) tienden a ser cíclicas, en los ’90 se vivieron unos nuevos ’70: zapatos de plataformas, pantalones acampanados, estampados geométricos y en las discotecas del país sonando a todo volumen el Háblame de ti de Los Pecos.
En medio de esta fiebre, Marc Parrot creó un personaje para la televisión de Cataluña: el Chaval de la Peca. Entre tanto, Amena aparecía en el panorama nacional de telefonía móvil, aunque, incapaz de equiparar en tecnología a Telefónica y Airtel (ahora Movistar y Vodafone), quiso apostar por la imagen, transmitir modernidad, juventud, frescura. En definitiva: lo de siempre, pero nuevo.
Y en esta idea encajaba perfectamente el Chaval de la Peca. Amena contrató a Parrot para su campaña publicitaria y el resultado todavía muchos lo recordamos. El spot le dio la fama nacional, y Parrot, que iba a sacar su tercer álbum en 1998, canceló la edición: el personaje se impuso al propio artista.
En una decisión meditada, el cantante quiso entonces aparcar de manera temporal su verdadera identidad para aprovechar el tirón de su éxito. Como El Chaval de la Peca publicó tres discos de éxitos de siempre, pero transformados en algo nuevo tras pasar por sus habilidosas manos de compositor.
Bailemos un Vals, Gavilán o paloma, Eres tú, Yo soy aquel o, por supuesto, A-Ba-Ni-Bi fueron algunos de los temas a los que Parrot trajo de vuelta.
Visto con perspectiva, fue tan inteligente aprovechar el éxito de su personaje como acabar con él poco después. En 1999, el artista catalán puso fin a su etapa como Chaval de la Peca y, con el dinero que había ganado, se dedicó por completo a hacer la música que él quería hacer.
En 2001 grabó en su propio estudio el que sería su tercer álbum con Warner: Rompecabezas. Contaba años más tarde, en una entrevista con No todo es Indie, cómo creía que había afectado a su disco que su lanzamiento hubiera coincidido con el boom de Operación Triunfo:
«La tele estaba popularizando un nuevo modelo de artista que venía a ser como una estrella de karaoke con perfil mediático, que encandiló por su sencillez y normalidad. Para mí, era la antítesis de lo que representaban los artistas que me gustaban: gente única con talento creativo y actitud vital. Aun así, honestamente creo que más allá de herir mi sensibilidad con perlas como Europe’s Living a Celebration no me hizo ningún daño, o en todo caso, fue un daño invisible que no dejó secuelas».
Desde 2004, y ya desvinculado de Warner, Parrot ha lanzado al mercado varios álbumes, la mayoría de ellos en catalán: Dos maletas, Mentider, Interferència, Sortir per la finestra o Refugi son algunos de ellos.
Parrot es todo un nombre a tener en cuenta en el panorama musical y cultural catalán. Además de conciertos y trabajos de producción musical, se le ve siempre embarcado en proyectos de lo más variado e interesantes, estrenó hace solo unas semanas en la Fira Mediterrània de Manresa su musical Anselm, con la Coral Sant Jordi, basada en la vida de Josep Anselm Clavé, creador del movimiento coral de Cataluña. Según Parrot, el creador del «Sonar del siglo XIX».
