Publicado: marzo 2, 2025, 8:40 am
Una de las necesidades fisiológicas claves en la salud es el sueño. Dormir bien es fundamental y la gente joven tiene muchos problemas para descansar el tiempo necesario.
Precisamente en una de las redes sociales de más éxito para los jóvenes, TikTok, se ha puesto de moda una tendencia llamada sleepmaxxing, un trend viral que consiste en conseguir el sueño más profundo y reparador posible.
Atrás quedaron los días en que se glorificaba el agotamiento; ahora, en las redes sociales se habla de priorizar el sueño y tomarlo tan en serio como el cuidado de la piel y los horarios del gimnasio. El sleepmaxxing es exactamente lo que parece: maximizar el sueño para alcanzar el máximo descanso.
Para conseguirlo, los usuarios de TikTok se están sumergiendo de lleno en la ciencia del sueño, experimentando con todo, desde cortinas opacas y suplementos de magnesio hasta cintas para la boca y rastreadores de sueño de alta tecnología.
¿El objetivo? Despertarse sintiéndose realmente renovado. Para la generación Z y los millennials, que crecieron viendo cómo la cultura del ajetreo causaba estragos en la salud mental, esta tendencia se suma a un movimiento creciente que prioriza el bienestar por sobre la productividad incesante.
Las redes sociales están inundadas de transformaciones que permiten dormir mejor, en las que los usuarios convierten sus habitaciones en santuarios ultracómodos y de alta tecnología diseñados para un descanso absoluto.
Mantas con peso, máquinas de sonido, colchones refrescantes e incluso cócteles sin alcohol para dormir se consideran la clave para caer en un sueño ininterrumpido.
Pero, como ocurre con cualquier moda relacionada con el bienestar, no todo el mundo está convencido. Algunos seguidores de la tendencia del sleepmaxxing están llevándola al extremo: controlan sus ciclos REM con anillos inteligentes, invierten en terapia de luz infrarroja y gastan cientos de euros en almohadas con inteligencia artificial.
Si bien la tendencia promueve hábitos de sueño más saludables, los críticos argumentan que obsesionarse con el sueño perfecto puede generar estrés, lo que irónicamente hace que el descanso sea aún más difícil de lograr.
Los expertos han analizado las posibles desventajas de la maximización del sueño y han advertido que obsesionarse con la calidad del sueño puede contribuir a lo que los investigadores llaman ortosomnia, un fenómeno en el que los rastreadores de sueño en realidad aumentan la ansiedad sobre el descanso, lo que dificulta conciliar el sueño y permanecer dormido.
El doctor Neil Stanley, un experto independiente en sueño, advierte en declaraciones al Mirror que convertir el sueño en una medida de rendimiento podría tener consecuencias no deseadas.
En su libro, How to Sleep Well (Cómo dormir bien), explica que esforzarse demasiado para conseguir el sueño «perfecto» puede provocar ansiedad en las personas, lo que irónicamente conduce a un peor sueño.
