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Qué defienden los partidos que acuden a las elecciones en Groenlandia: la mayoría son 'indepes'… y solo uno apoya irse con Trump

Publicado: marzo 11, 2025, 2:30 am

Más de 41.000 groenlandeses están llamados a las urnas de los 16 distritos electorales de la isla ártica en las elecciones generales para elegir a un nuevo Parlamento y a un nuevo primer ministro. Medios de todo el mundo cubrirán los resultados de unos comicios marcados por el interés internacional tras las pretensiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por anexionar «de un modo u otro», como aseguró ante el Congreso estadounidense, la mayor isla del mundo.

Aunque la cuestión de la independencia no es algo novedoso en la política de Groenlandia –cuatro de los seis partidos de la isla son favorables a la ruptura con Dinamarca– el debate se ha intensificado en los últimos meses ante el interés de la Casa Blanca y la siempre complicada relación entre los habitantes de la isla y el gobierno de Copenhague. ¿Cuál es la postura de cada partido respecto a la independencia? ¿Y respecto a Trump y Estados Unidos?

Cuatro de los seis principales partidos, partidarios de la independencia

Los votantes de Groenlandia deberán votar este martes la composición de su Parlamento: 31 diputados que conformarán la nueva cámara y que deberán elegir al próximo primer ministro del autogobierno insular.

El partido Comunidad Inuit, la formación que actualmente lidera un gobierno de coalición con los socialdemócratas de Siumut, tiene todas las papeletas para ganar nuevamente los comicios, según las encuestas: el primer ministro Múte Egede -que ha reiterado la independencia de la isla como objetivo de su Gobierno- tiene muchas opciones de ser reelegido. Muchas otras opciones políticas groenlandesas abogan por un mayor autogobierno o la independencia de la isla de Dinamarca.

  • Comunidad Inuit: el principal partido del Gobierno, con 12 escaños en el Parlamento. De ideología socialista y ecologista, el partido del primer ministro Egede cuenta con una larga tradición pro independentista, siendo uno de los impulsores de la salida de Groenlandia de la CEE en 1982 y del referéndum de autogobierno de 2009. Las encuestas les dan un 31% de los votos.
  • Siumut: de corte socialdemócrata, el partido del ministro de Recursos Naturales, Erik Jensen, gobierna en coalición con Comunidad Inuit. ​También abogan por la independencia con Dinamarca, aunque defienden la cooperación económica con Europa y la permanencia en la OTAN, con una postura más pragmática y menos rupturista que los inuits. Las encuestas les dan un 22% de los votos.
  • Demócratas: liderado por Jens Frederik Nielsen, el partido liberal de Groenlandia es la fuerza mayoritaria que aboga por la unión con Dinamarca. Enmarcados en el centroderecha, abogan por el unionismo y la permanencia de Groenlandia como territorio autónomo en el reino de Dinamarca, argumentando los beneficios económicos y sociales de la relación con Copenhague y Europa. Las encuestas les dan el 19% de los votos, por lo que serían tercera fuerza.
  • Naleraq: con el candidato Pele Broberg (exministro de Exteriores), el partido de ideología de centro derecha, conservadora y nacionalista, defiende fervientemente la ruptura total y la independencia con Dinamarca; la preservación de las actividades tradicionales de Groenlandia -la agricultura y la pesca- como pilar básico de la economía y la conservación de la cultura inuit. Los sondeos los sitúan en cuarta posición, con un 17% de los votos.
  • Atassut: aunque han perdido influencia, esta formación de centroderecha y de tradición unionista con Dinamarca es uno de los partidos tradicionales de la isla. Liderados por Aqqalu Jerimiassen (exministro de Fomento y Energía), son liberales, conservadores y partidarios de la relación actual con Copenhague. Las encuestas les otorgan el 10% de los votos.
  • Qulleq: de nueva creación y sin candidato destacado, este partido formado por exmiembros de Siumut y Naleraq destaca por su apuesta por la ruptura total y la independencia de Dinamarca y, especialmente, por ser el único partido que aboga abiertamente por la extracción de petróleo y otros recursos naturales, una posición controvertida para gran parte de los habitantes de la isla.

La mayoría descarta la anexión a EEUU, pero algunos valoran estrechar lazos con Washington

Aunque la mayoría de partidos comparten la aspiración independentista, la dependencia económica con Dinamarca hace que difieran en la fórmula para hacerlo y en la relación posterior con Copenhague: unos abogan por la ruptura total, otros por un mayor grado de autonomía dentro de Dinamarca y otros tantos por mantener los lazos económicos con Europa… o buscar nuevos ‘padrinos’ para Groenlandia.

Ahí es donde entra en juego Donald Trump: las aspiraciones independentistas de Groenlandia confluyen directamente con el interés del magnate en que la isla forme parte de Estados Unidos: Trump ha llegado a asegurar que Washington apoyará que «los groenlandeses puedan decidir su propio futuro» y aseguró que el país ofrece a la isla «miles de millones de dólares para crear empleos y haceros ricos y, si así lo decidís, formar parte» de Estados Unidos.

Estos ‘cantos de sirena’ desde la Casa Blanca enlazan directamente con la mayoría independentista en el Parlamento… o quizá no tanto: aunque los partidos independentistas abogan por la posibilidad de acuerdos puntuales con Estados Unidos (que, por otra parte, ya se dan con bases militares y acuerdos de cooperación), la mayoría descarta frontalmente una postura a favor de las pretensiones de Trump de una hipotética anexión.

Sin embargo, otros sí plantean estrechar lazos con la superpotencia, una vez lograda la independencia, para potenciar relaciones comerciales (a través de la explotación de recursos) y en materia de seguridad y defensa. Una fórmula que podría tomar la forma de asociación con EEUU (al estilo de Puerto Rico) y que Trump también ha defendido en reiteradas ocasiones. Es el caso del partido Naleraq (cuyo candidato ha rechazado valorar, en un sentido o en otro, las palabras de Trump), con algunos de sus miembros especulando sobre los hipotéticos beneficios de una relación más cercana con Washington.

En cualquier caso, ninguno de los partidos groenlandeses apuesta, al menos abiertamente, por la fórmula de la anexión a Estados Unidos planteada por Trump en la actualidad.

La mayoría de los groenlandeses quiere dejar de ser Dinamarca… y casi ninguno quiere ser estadounidense

Sin embargo, aunque muchos groenlandeses comparten el deseo de independencia de Dinamarca, la inmensa mayoría rechaza de plano incorporarse a Estados Unidos: el 85% de la población, según una encuesta del periodico danés Berlingske y el groenlandés Sermitsiaq, está en contra de la anexión a EEUU, mientras apenas un 6% se muestra favorable. El primer ministro de Groenlandia explicó en un post de Facebook que los groenlandeses «no queremos ser estadounidenses ni daneses, somos kalaallits término inuit para referirse a los habitantes de Groenlandia-, y los estadounidenses y su líder deben entenderlo».

La independencia ha sido un tema recurrente en las campañas electorales groenlandesas desde hace décadas, si bien las posiciones están muy divididas: según una encuesta del medio local Sermitsiaq, más de la mitad de los habitantes de Groenlandia (52%) están a favor de la independencia de Dinamarca, si bien esta es la cuarta preocupación de los groenlandeses por detrás de la sanidad (42%), la economía y los impuestos (28%) y la vivienda (28%).

Los expertos sostienen que, aunque hay groenlandeses partidarios de la independencia de la isla, difícilmente la apoyarían si eso disminuye su nivel de vida, y menos para incorporarse «a un nuevo amo colonial», según explica el investigador Ulrik Pram Gad a Reuters.

Hay que tener en cuenta que, aunque los groenlandeses gozan de un alto grado de autogobierno (votado en referéndum en 2009), la economía de la isla depende en gran parte de subvenciones danesas, mientras que Dinamarca dispone de una relación comercial privilegiada con la isla y se beneficia de la presencia geopolítica en el Ártico. Ambos territorios comparten, por lo tanto, intereses económicos y estratégicos, además de patrones históricos y culturales.

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