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Prueban en voluntarios una terapia de gas xenón para tratar el alzhéimer

Publicado: enero 15, 2025, 5:05 pm

El gas xenón puede convertirse en un inesperado tratamiento para la enfermedad de m. Los resultados de una investigación experimental que mostraron que la inhalación de gas xenón redujo la neurodegeneración y aumentaba la protección en modelos preclínicos de la enfermedad de Alzheimer han hecho que los investigadores diseñan un ensayo clínico en pacientes, un primer paso esperanzador. El estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad General Brigham y Washington en San Luis apunta a un enfoque novedoso y noble: el uso de gas xenón. El estudio descubrió que la inhalación de gas xenón suprimía la neuroinflamación, reducía la atrofia cerebral y aumentaba los estados neuronales protectores en modelos de ratón de la enfermedad de Alzheimer. Los resultados se publican en ‘ Science Translational Medicine ‘ y a principios de 2025 está previsto que se inicie un ensayo clínico de fase 1 del tratamiento en voluntarios sanos. Hasta ahora, la mayoría de los tratamientos que se están aplicando para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer se centran en las placas amiloides y los ovillos de tau que se acumulan en el cerebro. «Es un descubrimiento muy novedoso que demuestra que la simple inhalación de un gas inerte puede tener un efecto neuroprotector profundo», afirma el autor principal y coautor del estudio, Oleg Butovsky . Una de las principales limitaciones en el campo de la investigación y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer es que resulta extremadamente difícil diseñar medicamentos que puedan atravesar la barrera hematoencefálica, pero el gas xenón sí lo hace. «Es emocionante que en ambos modelos animales que modelan diferentes aspectos de la enfermedad de Alzheimer, la patología amiloide en un modelo y la patología tau en otro modelo, el xenón haya tenido efectos protectores «, asegura el autor principal David M. Holtzman . Las causas de la enfermedad de Alzheimer no se comprenden del todo; actualmente no existe cura y se necesitan tratamientos más eficaces . La enfermedad de Alzheimer, que se caracteriza por la acumulación de proteínas en el cerebro, incluidas las proteínas tau y amiloide, altera la comunicación entre las células nerviosas y provoca anomalías cerebrales progresivas que conducen al daño neuronal y, en última instancia, a la muerte. La microglia, las células inmunitarias primarias y más importantes del cerebro, actúan como «primeras intervinientes» cuando algo va mal en el cerebro y desempeñan un papel clave en la regulación de la función cerebral en todas las fases del desarrollo. La desregulación de la microglia es un componente clave de la enfermedad de Alzheimer. El laboratorio de Butovsky diseñó anteriormente una forma de estudiar cómo responde la microglia a la neurodegeneración y confirmó que un fenotipo específico de la microglia puede modularse de una manera que resulta protectora en la enfermedad de Alzheimer. En el estudio que ahora se publica, se trató a modelos de ratón con enfermedad de Alzheimer con gas xenón, que se ha utilizado en medicina humana como anestésico y como neuroprotector para tratar lesiones cerebrales. El gas xenón penetra la barrera hematoencefálica y pasa del torrente sanguíneo directamente al líquido que rodea el cerebro. El equipo descubrió que la inhalación de gas xenón reducía la atrofia cerebral y la neuroinflamación y mejoraba la conducta de construcción de nidos en los modelos de ratón con enfermedad de Alzheimer. También inducía y aumentaba una respuesta microglial protectora que está asociada con la eliminación de amiloide y la mejora de la cognición. Estos hallazgos identifican el potencial prometedor de la inhalación de xenón como un enfoque terapéutico que podría modificar la actividad microglial y reducir la neurodegeneración en la enfermedad de Alzheimer. El ensayo clínico en el Hospital Brigham and Women’s, que inicialmente sólo inscribirá a voluntarios sanos, está previsto que comience en los próximos meses. «Si el ensayo clínico sale bien, las posibilidades de utilizar el gas xenón son enormes», afirma el coautor Howard Weiner. «Podría abrir la puerta a nuevos tratamientos para ayudar a los pacientes con enfermedades neurológicas».

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