Publicado: enero 8, 2025, 2:20 pm
Tahlequah, la orca en peligro de extinción que vive en el noroeste de Estados Unidos y que acaparó titulares en 2018 por llevar a su cría muerta durante más de dos semanas, lo está haciendo otra vez tras el fallecimiento de su nueva cría, en otro signo de duelo por la pérdida de su descendencia, según informaron los investigadores del Centro de Investigación de Ballenas.
La madre orca, también identificada por los investigadores como J35, ha sido vista llevando el cuerpo de la cría hembra fallecida desde el miércoles, según publicó en Facebook el Centro de Investigación de Ballenas con sede en el estado de Washington (EEUU). «Todo el equipo está profundamente entristecido por esta noticia», decía la publicación.
Según recoge la CNN, su nueva cría, una hembra conocida como J61 por los expertos, fue vista por primera vez el 20 de diciembre en el área de Puget Sound en la costa noroeste del estado de Washington. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) confirmó posteriormente el avistamiento el 23 de diciembre, según el doctor Michael Weiss, director de investigación del Centro de Investigación de Ballenas. Pero trágicamente, en la víspera de Año Nuevo se confirmó la muerte de la cría, agregó el investigador.
Los investigadores informaron de que hasta al menos el pasado 5 de enero Tahlequah seguía llevando a su cría, informó Brad Hanson, biólogo del Centro de Ciencias Pesqueras del Noroeste de la NOAA. Hanson, que pudo observar su comportamiento desde un bote, indicó que J35 llevaba el cadáver de la cría sobre su hocico o sobre su cabeza, y que pareció bucear para recogerlo cuando se hundió en la superficie. Señalço asimismo que la cría solo estuvo viva «un puñado de días».
Tahlequah empuja con su hocico el cuerpo de la cría fallecida, que pesa alrededor de 136 kilos, para mantenerlo cerca y evitar que el océano se lleve el cadáver. «Al igual que la última vez, creo que es suficiente reconocer cuán fuerte es el vínculo entre madre y cría en las orcas y ver que claramente no está lista para dejarlo ir», dijo Weiss a la CNN.
En 2018, los investigadores observaron a J35 empujando a otra cría muerta durante 17 días y más de 1.600 kilómetros. La cría había muerto poco después de nacer, y se vio a la madre y su grupo más cercano de ballenas turnándose para llevar el cuerpo muerto.
Cabe mencionar que comportamientos similares se pueden observar en otros animales con cohesión social que tienen una esperanza de vida relativamente larga, como los primates y los delfines, recordaron los investigadores.
Uno de cada cinco
La mortalidad de las crías de orca es alta: solo aproximadamente uno de cada cinco embarazos de orcas resultan en una cría que vive hasta su primer año, según los datos del Centro de Investigación de Ballenas. Su director de investigación, Michael Weiss, estimó que solo el 50% de las crías de orca sobreviven su primer año. El centro señaló que la muerte de la cría de J35 fue devastadora, no solo porque a la larga podría haber crecido para dar a luz y reforzar una población en dificultades, sino porque J35 ya ha perdido dos de sus cuatro crías documentadas.
La población de orcas del sur —tres grupos de orcas que comen peces y frecuentan las aguas entre el estado de Washington y la Columbia Británica— ha pasado apuros desde hace décadas, y solo quedan 73 orcas. Deben lidiar con la escasez de su presa preferida, el salmón Chinook, así como con la contaminación y el ruido de los barcos, que dificultan sus labores de caza. Los investigadores han advertido que están al borde de la extinción.
Se ha observado que otras orcas del sur llevan a sus crías muertas, dijo Weiss, «pero ciertamente no durante tanto tiempo como J35 llevó a su cría en 2018».
Sin embargo, hubo buenas noticias para la manada J: funcionarios y científicos observaron con vida a otra cría nueva, J62. Las orcas residentes del sur están en peligro y se distinguen de otras orcas porque comen salmón en lugar de mamíferos marinos.
