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¿Por qué Putin incluyó el hockey sobre hielo en sus conversaciones con Trump? El deporte que mejor representó la era de la Guerra Fría

Publicado: marzo 23, 2025, 5:30 am

Vladimir Putin y Donald Trump hablaron este martes durante más de dos horas para encontrar (o preparar el terreno para ello) una solución al conflicto de Ucrania y poner fin a la guerra, esto es, a la invasión rusa. Lo único claro tras la conversación entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos es que habrá una salida negociada a esta crisis armada.

Fuera de la agenda geopolítica del momento, Putin sugirió a Trump la organización de algún partido de hockey sobre hielo entre EEUU y Rusia. Según el comunicado del Kremlin tras la conversación, «Trump apoyó la idea de Putin de organizar partidos de hockey en Estados Unidos y Rusia entre jugadores rusos y estadounidenses que juegan en la NHL y la KHL». Pero no fue oficial y de hecho no fue parte del comunicado conjunto. En todo caso, al parecer el presidente americano vio con buenos ojos la idea. Después de todo, Trump adora este deporte y lo ha dicho en más de una ocasión.

Tal vez la idea de Putin es que de ese modo podría saltarse el veto que sufre Rusia en las competiciones internacionales, también en hockey, desde hace tres años. El Comité Olímpico Internacional (COI) considera que Moscú violó la Carta Olímpica al invadir Ucrania.

El hockey sobre hielo como símbolo

¿Tan importante es el hockey como para que Trump y Putin se hayan ocupado de ello? Si no es importante, lo parece. El hockey es un símbolo o al menos lo fue. Ocurrió en los tiempos de la Guerra Fría. El indeseable (y nuclear) enfrentamiento armado era sustituido por algunas disciplinas deportivas.

Pasó con el baloncesto. Muchos recuerdan aún la final de los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, cuando la Unión Soviética ganó a EEUU en el último segundo. Pero pasó especialmente con el hockey sobre hielo.

Aquello no era sólo deporte; aquellos no eran sólo partidos. Se trataba en última instancia de enfrentamientos con un fuerte componente ideológico. A través del deporte, estadounidenses y soviéticos trataban de demostrar su superioridad política, económica y social. Pura propaganda: las victorias tenían una enorme repercusión mediática.

Bisoños universitarios contra la Red Army

Fue lo que se vio, por ejemplo, en la final de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1980, celebrados en Lake Placid. La URSS venía de ganar el oro en cinco de los seis Juegos Olímpicos de Invierno anteriores y se había ganado el apodo de la «Máquina Roja» porque eran, o parecían, invencibles.

También eran la Red Army. Eran el equipo del Ejército Rojo y su misión era ganar y demostrar así la superioridad del socialismo respecto a las democracias liberales. Sus jugadores vivían concentrados once meses al año. Lo cuenta muy bien el documental Red Army. La guerra fría sobre el hielo, dirigido en 2014 por Gabe Polsky.

Pero centrémonos en 1980. EEUU no ganaba el oro desde los Juegos de 1960, en Squaw Valley. Aunque antes de iniciarse aquella cita olímpica Canadá, URSS, Checoslovaquia y Suecia eran los cuatro mejores equipos, la victoria final se la llevó el equipo estadounidense, que ganó los siete partidos que disputó. Canadá se llevó la medalla de plata y la URSS el bronce.

Pero tras el oro americano de 1960 llegaron cuatro victorias seguidas de la URSS: 1964 (Innsbruck), 1968 (Grenoble), 1972 (Sapporo) y 1976 (Innsbruck). En ese tiempo, los estadounidenses sólo lograron una plata (en 1972).

Los de las barras y estrellas jugaban en casa pero llegaban con un equipo muy joven, el más joven del torneo. Eran exclusivamente jugadores aficionados de equipos universitarios y eso no ofrecía muchas garantías. Sin embargo, en la fase de grupos, terminaron invictos, como también hizo el equipo soviético.

Los americanos lo llamaron «milagro»

La URSS y EEUU se vieron en una liguilla final de todos contra todos junto a Suecia y Finlandia. Su partido tuvo lugar el 22 de febrero en el Olympic Center de Lake Placid, ante 8.500 espectadores. El primer periodo terminó con empate 2-2. En la reanudación, la «Máquina Roja» marcó el 2-3. Pero los jóvenes americanos respondieron con dos tantos en el tercer y último periodo. Y así llegó el final, con el triunfo estadounidense por 4-3. Luego, con la energía que les dio aquella victoria, ganaron a Finlandia 4-2, logrando el oro.

Los americanos lo llamaron el Miracle on ice (Milagro sobre hielo). El águila americana había vencido al inexpugnable oso ruso. Fue una fiesta en EEUU, donde el hockey sobre hielo es, junto al rugby, el baloncesto y el baseball, uno de los cuatro grandes deportes. Es famosa la narración de los últimos segundos del partido que hizo Al Michaels para la cadena ABC. «¿Creen en los milagros? ¡SÍ!», exclamaba el locutor.

En 1999, Sports Illustrated nombró el Miracle on ice como el momento deportivo más importante del siglo XX. En 2008, como parte de la celebración de su centenario, la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo nombró a aquella hazaña como la mejor historia internacional de hockey sobre hielo de los últimos 100 años.

¿Creen en los milagros? ¡SÍ!», exclamaba el locutor de la cadena ‘ABC’

En el otro frente de la Guerra Fría, la derrota escoció y mucho. La URSS era el mejor equipo, pero perdió ante los jóvenes universitarios yankees, lo que resultaba aún más humillante. De hecho, el régimen soviético intentó tapar aquello como pudo. Hubo celebraciones militares para ocultar el dolor y para que la derrota deportiva no fuera interpretada como síntoma de debilidad.

Soviéticos y americanos se enfrentaron nuevamente en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988, en Calgary. De nuevo, la URSS llegaba con un equipo de estrellas experimentadas y EEUU con jugadores universitarios. Pero la historia no se repitió. Los rusos ganaron por 7-5 y se llevaron la medalla de oro, mientras que los estadounidenses quedaron séptimos.

EEUU no volvió a ganar el oro

Lo de Lake Placid fue la excepción a la regla. Cuatro años después, la URSS volvió a ganar el oro en los Juegos de Sarajevo y también en 1988, en los de Calgary. EEUU no subió al podio en ninguna de esas dos ediciones. De hecho, desde Lake Placid, los americanos sólo han sido plata en 2002 (Salt Lake City) y 2010 (Vancouver).

Finalmente, tampoco a Rusia le ha ido mejor. Tras la caída del Muro de Berlín, en 1989, y la desaparición de la URSS, los rusos sólo han logrado la plata en 1998 (Nagano) y el bronce en 2002 (Salt Lake City). Claro que para entonces la Guerra Fría ya era un recuerdo.

En el medallero histórico del hockey olímpico, Rusia es segunda, con 14 medallas (9 de oro) y EEUU, tercera, con 11 (2 de oro). A ambos les supera Canadá, que ha ganado 16 medallas desde 1920 (de ellas, 9 de oro).

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