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"¿Podemos enviarla de regreso?": críticas al viaje espacial de Katy Perry y Lauren Sánchez desde Hollywood

Publicado: abril 16, 2025, 7:30 am

Una enorme campaña publicitaria revestida de falso hito feminista. Así han entendido multitud de usuarios en redes sociales el reciente viaje espacial, de apenas 11 minutos, en el que el cohete New Shepard, propiedad de Blue Origin —empresa fundada y perteneciente a Jeff Bezos, dueño de Amazon—, despegó desde Launch Site One (en Texas, Estados Unidos) y ascendió a los cielos hasta cruzar la línea de Kármán, la cual se encuentra a 100 kilómetros sobre la Tierra, mismo hito que realizase Jesús Calleja hace alrededor de dos meses.

Lo importante y significativo, en teoría, ha sido que, por primera vez desde que Valentina Tereshkova realizase un vuelo espacial en solitario en 1963, siendo la única en la historia en realizar tal hazaña, toda su tripulación estaba compuesta únicamente por mujeres: la más mediática, la cantante Katy Perry; Lauren Sánchez, prometida de Bezos; la activista Amanda Nguyễn; la productora cinematográfica Kerianne Flynn; la presentadora de un matinal de la cadena CBS, Gayle King; y la ingeniera aeroespacial Aisha Bowe, aunque es más conocida por ser la fundadora de la empresa STEMBoard. Ninguna de ellas, por tanto, astronautas.

De ahí que las críticas hayan llegado sobre el presunto mérito que tiene este vuelo más allá de mostrar al mundo a seis mujeres, varias de ellas inmensamente ricas, haciendo turismo cósmico. Además, con momentos que parecían salidos de «una parodia», como ha especificado en un vídeo en Tik Tok la modelo Emily Ratajkowski, con Perry interpretando una versión de la conocida canción What a Wonderful World en mitad de la travesía, o la propia artista besando el suelo nada más aterrizar en tierra.

Y un beso, además, contradictorio, pues en las redes se ha puntualizado que no querrá tanto a su planeta si destina los recursos que podrían aprovecharse para subsanar los problemas del cambio climático en 11 minutos de pura pantomima. «¿La misión espacial de hoy? Una gran mierda apocalíptica», ha añadido, Ratajkowski, que ha asegurado que la misión le ha «dado asco», por unas pasajeras hipócritas que «dicen que les preocupa la Madre Tierra» cuando está claro que [el viaje] va contra el medio ambiente.

«¿Dices eso y te subes a una nave espacial que está fabricada y pagada por una empresa que se está cargando el planeta prácticamente en solitario?», ha declarado la modelo, en una queja de la que pronto han recogido el testigo otra voz de Hollywood, la actriz y directora Olivia Wilde, que publicaba en sus historias un post de una cuenta que había realizado varios memes sobre el viaje espacial, con especial hincapié en Perry besando el suelo. «Bajando de un vuelo comercial en 2025», rezaba el pie de foto, a lo que Wilde agregó: «Supongo que con unos mil millones de dólares se pueden comprar algunos buenos memes».

Hasta una empresa multinacional como Wendy’s, de comida rápida, no ha tenido reparos en mofarse de la cantante, utilizando desde uno de sus más conocidos temas, I kissed a girl, pero cambiándole la letra («Besé el suelo y me gustó»), hasta siendo tremendamente directos contra ella: «Katy Perry ya ha regresado del espacio. ¿Podemos ya enviarla de regreso?». Porque si algo lleva haciendo runrún en las redes desde hace ya bastantes meses es la absoluta intrascendencia musical y artística de Perry, refrendada por los malos datos de venta de sus últimos álbumes.

De ahí las bromas con que deba protagonizar este tipo de historias para tener un nuevo conato de relevancia, aunque a veces la caricatura se le vaya de las manos, como puntualizó la cómica Amy Schumer, que se reía de no haber sido invitada a la nave, pero que sí entraría en el New Shepard una margarita, porque dicha palabra en inglés, Daisy, es el nombre de su hija —con los usuarios agradeciendo que no haya utilizado su segundo nombre, Dove, que significa «paloma»—.

Schumer también se reía de la escasa preparación y formación de las astroturistas, afirmando que irían a la nave directamente «desde un Subway», si bien en las redes se pensó más bien que venían de un centro de belleza, a tenor del maquillaje y peluquería que obviamente llevaban las seis tripulantes —más el traje diseñado ad hoc por la firma de moda Monse—. Incluso la actriz Olivia Munn cuestionó, en una entrevista en el programa Today with Jenna and Friends a principios de mes, la verdadera razón de ser del viaje espacial.

«Sé que probablemente esto no sea lo más cool para decir hoy en día, pero creo que hay otras muchas cosas más importantes en el mundo en este momento [que el viaje del New Shepard]. ¿Qué van a hacer ahí arriba, en el espacio? ¿Cuál es el motivo? ¿Es histórico que vayan a dar un paseo espacial? Me parece avaricioso. La exploración espacial iba a servir para ampliar nuestro conocimiento y ayudar a la humanidad. ¿Qué van a hacer ellas que mejore en algo la vida del resto de nosotros aquí abajo?», que apostilló que le parecía demasiada cantidad de dinero malgastada cuando el estadounidense promedio «ni siquiera puede permitirse comprar huevos».

Las astroturistas se han defendido. Lauren Sánchez, de hecho, dijo que las palabras de Munn le molestaban («Me enervan», afirmó) e instó a la intérprete a ir a ver «los miles de empleados que no solamente trabajan» en Blue Origin, «sino que ponen su corazón y alma en este vehículo, que aman la misión y para los que [que salga bien] es muy importante». Añadía que sería «una revelación» para la actriz.

Y otra de sus compañeras de experiencia, Gayle King, le respondió a través de la revista People que «cualquiera que critique [el viaje] no entiende realmente de qué va todo esto», ya que todas ellas pueden «contar la respuesta» que han tenido «de jóvenes y niñas» para los que esto «significa mucho».

Y esto ha hecho salir en redes varios hilos de la realidad que vivieron a lo largo de la historia verdaderas astronautas, desde el «Tenemos un delantal preparado para ti, Sveta, como si estuvieras en tu casa», con el que recibieron en agosto de 1982 a Svetlana Savitskaya, que acababa de convertirse en la segunda mujer de la historia que viajaba al espacio, al «¿Serán suficientes 100 tampones?» que le preguntó la NASA a Sally Ride, primera mujer estadounidense en ir al espacio. Solo estuvo seis días en órbita.

Y además, otras realidades acerca de este viaje. Como detallan desde Vanity Fair, Estados Unidos aprobó la Space Force en 2019, una rama militar cósmica, para la que se necesitan desde muchísimos millones de dólares hasta naves en las que confiar. Por ahora, Blue Origin cuenta ya con tres contratos con la Casa Blanca. El cuarto contrato se falla ahora, en esta primavera. Y, teniendo como contrincante los SpaceX de Elon Musk, ahora en la administración Trump, necesita de buena publicidad. Y nada mejor que gastarse una enorme cantidad de dinero enviar a seis mujeres al espacio y que vuelvan tan seguras que besen la tierra para ganar un puñado de votos.

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