Con el aficionado bético conversando en la previa del partido contra el Barcelona si era mejor salir del Benito VillamarÃn directos a Triana o aguantar para ver de madrugada La Maracena y el Gran Poder, como si el postre a un almuerzo frugal regado de buena cerveza no fuese posible digerirlo, apareció el Betis de las grandes tardes. Ese que martilleó no hace tanto al Atlético para hacer hincar por fin la rodilla a Simeone. El que asoma este año con cuentagotas pero que verdaderamente existe, más allá de ausencias importantes y la necesidad de reencontrar el camino del buen juego a través del talento. Ha regresado Isco. Poco más que decir. Un Betis con personalidad, que no se arruga… Ver Más