Publicado: mayo 30, 2025, 11:30 am
Sergio Bolaños, más conocido como Peldanyos, se ha posicionado en los últimos años como uno de los influencers gastronómicos más destacados de nuestro paÃs gracias a la naturalidad y efusividad con la que degusta sus platos favoritos, pero también por la honestidad y contundencia con la que expresa sus veredictos cuando la experiencia no está a la altura.
Y es que, da igual si es positiva o negativa, el tiktoker valenciano, que acumula más de 3,5 millones de seguidores, no tiene ningún reparo en expresar su opinión tal cual es. Incluso, si el establecimiento en cuestión pertenece a un chef internacional como Gordon Ramsay o si cuenta con tres estrellas Michelin desde el año 2001 que lo avalen.
Aprovechando su estancia en Londres, el creador de contenido visitó hace unos dÃas el famoso Restaurant Gordon Ramsay para documentar su experiencia a través de su canal de YouTube. Sin embargo, y contra todo pronóstico, parece que el chef no cumplió sus expectativas y asà lo hizo saber a sus seguidores, manifestando públicamente su descontento.
«Para que te den tres estrellas, yo tenÃa en mente unos estándares de calidad bastantes gordos», comenta el youtuber en su vÃdeo, de más de 30 minutos de duración, después de probar el primero de los seis platos del menú Prestige que eligió, valorado en unos 250 euros por persona.
Cinco elaboraciones saladas, varios postres, una degustación de quesos… Todo indicaba que se tratarÃa de una experiencia gourmet para él y sus amigos, sin embargo, pronto descubrió que no podÃa estar más equivocado. «Los aperitivos, flojitos», señaló Peldanyos al inicio de la velada, sin poder ocultar su decepción ante este «prestigioso» menú.
«Yo creo que aquà tira mucho el personaje público que es Gordon Ramsay como tal porque un restaurante asà en España no tiene tres estrellas MichelÃn en la p*** vida», añadió el tiktoker. No obstante, más allá de la pura ejecución de los platos, el grupo hizo hincapié en el trato «soberbio» de los camareros como uno de los aspectos negativos del restaurante.
Prueba de ello es que, en un momento dado, les negaran deleitarse con el pan de brioche, su «plato favorito», alegando que era la «última cesta». «El tema de los modales y los formalismos en un restaurante en el que estoy pagando 300 euros me tocan los cojones. (…) Si me lo cobras, me parece bien. Lo que no me parece bien es que no me lo sirvas», denuncia.
Por si fuera poco, a la deficiente atención hospitalaria se suma el elevado coste al que ascendió la factura: 1.154,54 libras —unos 1,347 euros— para cuatro personas. «No vayáis en vuestra vida», concluye uno de los acompañantes. Peldanyos, por su parte, no se queda atrás en su veredicto final: «No tiene sentido lo caro que es… Ambiente terrorÃfico. De verdad, de los sitios en los que más a disgusto he estado sentado en una mesa».