Nació en Canadá en 1967, apareció por primera vez en la portada de la revista Playboy en 1989, empezó a interpretar a C.J. Parker en Los vigilantes de la playa en 1992 y, durante casi veinte años, copó una tras otra las editoriales del corazón en todo el planeta.
A Pamela Anderson, lo decía ella, la habían convertido en esclava de su propio personaje, el de una rubia estereotípica, de «cerebro escaso y personalidad ausente».
A esto se le sumaron, uno tras otro también, todos los escándalos de su vida sentimental, tanto de sus relaciones reales como de las que inventaron para ella. Particularmente sonado fue su matrimonio con Tommy Lee, el batería de Mötley Crüe, con quien se casó en cuanto se conocieron, se divorció estrepitosamente y, entre medias, acabaron convertidos en el primer robado pornográfico de famosos filtrado por internet.
Sin poder estar seguras de si le ha costado más o menos que otras personalidades, lo cierto es que hace ya años que Anderson decidió alejarse de una fama que se sostenía sobre algo que ella no quería.
Vegana convencida y reconocidísima activista de PETA, ha colaborado en multitud de sus campañas, como el famoso posado desnuda (en realidad, con un tanga de color carne) en el escaparate de la tienda de Stella McCartney de Londres. Por su labor activista, además, el príncipe de Montenegro, Stephan Cernetic, la nombró en 2015 condesa de Gigli, Italia.
En 2023, Anderson se propuso públicamente el desafío «cero maquillaje» y, desde entonces, pasea por todas las alfombras rojas sin un ápice del cosmético en su rostro. Decía en una entrevista con Today que se sentía así «mucho más cómoda» consigo misma.
Desde que tomó esta decisión, casi cada aparición suya acaba convertida en algún titular. Sin embargo, la última ha sido particular, porque se ha dado en la alfombra roja de los Gothan Awards, a la que la actriz acudió vestida de dorado y con la piel natural, como viene siendo costumbre, con motivo de su papel protagonista en The Last Showgirl, de Gia Coppola, que se estrena este mes de diciembre.
En la película interpreta a una bailarina que lleva su buena carga de maquillaje, y por esto precisamente fue preguntada en la alfombra por la revista People. A la pregunta de cómo se sentía por tener que volver a maquillarse para la película, Anderson respondió sin dudar:
«También me gusta llevar maquillaje, a veces. Solo que hay un momento y un lugar. Solo siento que en mi vida personal, simplemente, no tiene sentido«.
Terminaba la escueta entrevista la reportera preguntando cuál era para ella la definición de la belleza en estos días, a lo que la actriz respondió clara: «Ser valiente y vivir tus sueños».