Publicado: mayo 11, 2025, 6:00 am
Un equipo de científicos de la Universidad de Berkeley, en California, ha sorprendido a la comunidad científica afirmando que han descubierto un nuevo color nunca visto antes, bautizado como olo en alusión al código binario 010. Este color no existe en la naturaleza tal como el ojo la percibe a simple vista. Y es descrito como un «azul verdoso de una saturación sin precedentes» que solo puede ser visto mediante una estimulación láser. Solo han conseguido observarlo cinco personas en el mundo gracias a una técnica que permite superar la gama cromática que un ser humano puede percibir naturalmente. Los investigadores la llaman ‘Oz- en honor al Mago de Oz- Vision System’. «El color natural más saturado palidece en comparación», dijo al hablar de olo Austin Roorda, investigador de la UC Berkeley y uno de los creadores de Oz. Poniendo una analogía, Ren Ng, ingeniero eléctrico de Berkeley y coautor del estudio lo comparó con ver «el rosa bebé más intenso que jamás hayas visto» después de una vida viendo solo tonos suaves de rosa. Los resultados del estudio han sido publicados recientemente en la revista ‘ Science Advances’ . Y describe el uso de unos láseres especializados con los que se ha conseguido estimular y se puede controlar hasta mil fotorreceptores del ojo a la vez. Tenemos tres tipos de células cónicas en el ojo, S, L y M, y son sensibles a diferentes longitudes de onda. En la investigación describen que «cualquier luz que estimule una célula de cono M debe estimular también sus conos L y/o S vecinos», porque su función se superpone con la de ellos. Pero en este caso, el láser sólo estimuló los conos M, «lo que en principio enviaría una señal de color al cerebro que nunca ocurre en la visión natural« , afirman los autores. Apuntan que de esta forma dominaron con precisión la distribución espacial de la luz en la retina aplicando microdosis láser. «Predijimos desde el principio que parecería una señal cromática sin precedentes, pero no sabíamos qué haría el cerebro con ella», señaló Ng a la BBC . «Nos dejó boquiabiertos…», agregó. «Hemos creado un sistema que puede rastrear, dirigir y estimular las células fotorreceptoras con tanta precisión que ahora podemos responder preguntas muy básicas, pero también muy sugerentes, sobre la naturaleza de la visión humana del color», sostuvo James Carl Fong, investigador principal del estudio. «Nos brinda una manera de estudiar la retina humana a una nueva escala, algo que nunca antes había sido posible en la práctica» , añadió. Sin embargo, John Barbur, científico de la visión de la Universidad City St George’s de Londres, cuestiona los resultados del estudio y de que realmente estemos hablando de un nuevo color. Es simplemente «un verde más saturado producido por la estimulación exclusiva de los conos M», dijo a la BBC. Mientras que Misha Corobyew, de la Universidad de Auckland, comenta que si bien la estimulación de un solo cono se había logrado anteriormente, en esta ocasión se ha estimulado con precisión múltiples conos, y esto reconoce que es algo innovador. El profesor Ng recalca que olo es «ciertamente muy difícil técnicamente de ver», no obstante, los hallazgos conseguidos por el equipo tienen el potencial de ayudar a pacientes con defectos de visión, como las personas daltónicas. La investigación detalla que más ambiciosamente, Oz puede ser programado para sondear la plasticidad de la visión humana del color . «Por ejemplo, la terapia génica se ha utilizado para añadir un tercer tipo de cono en monos ardilla adultos, produciendo un comportamiento de visión del color tricromático. De forma análoga, Oz puede programar señales al cerebro humano como si un subconjunto de conos estuviera lleno de un nuevo tipo de fotopigmento, lo que permite explorar la experiencia cualitativa del color , algo que no se pudo revelar con los resultados del estudio realizado en monos ardilla«, describen. Este enfoque permite explorar con flexibilidad la plasticidad neuronal para potenciar la dimensionalidad del color en el ser humano. « Todavía es un misterio si, al expandir las señales o generar nuevas entradas sensoriales, ¿podrá el cerebro interpretarlas y apreciarlas? Bueno, me gustaría creer que sí«, indicó Roorda.