Publicado: noviembre 5, 2025, 9:00 pm

Alejandro Cegarra para The New York Times
Misiles de crucero iraníes diseñados para destruir buques en el mar. Misiles tierra-aire rusos para derribar aeronaves que vuelan a baja altitud. Vehículos blindados chinos para reprimir protestas. Incluso algunos viejos cazas F-16 estadounidenses.
Por: NY Times
En teoría, Venezuela parece tener defensas sólidas que podrían estar a la altura de la potencia militar de Estados Unidos.
El inusual arsenal del país, adquirido en gran parte de adversarios de Estados Unidos y complementado con años de armamento entregado a civiles para reforzar su defensa, muestra los retos que podría enfrentar Estados Unidos mientras concentra sus fuerzas en el Caribe. Las autoridades estadounidenses están evaluando distintas opciones de acción militar contra Venezuela para acabar con el gobierno autoritario del presidente Nicolás Maduro.
Pero las apariencias engañan. A diferencia de los militares de la vecina Colombia, las fuerzas armadas de Venezuela carecen de la experiencia de realmente haber combatido en una guerra.
El ejército venezolano está plagado de problemas que incluyen armamento en mal estado, falta de formación y deserciones, según señaló James Story, quien fue embajador estadounidense en Venezuela de 2018 a 2023.
En un país con un largo historial de intentos de golpe de Estado, la cohesión en los rangos superiores del ejército venezolano es otro tema de debate: ¿Un desafío a Maduro podría provenir de sus propios generales?
Y también está la cuestión de cómo reaccionarían los militares venezolanos si Maduro cae.
Algunos expertos advierten que el país podría sumirse en una agitación estilo Libia si las fuerzas armadas se fracturan en grupos rivales. Otros dicen que tanto los soldados regulares como los civiles armados ofrecerían poca resistencia si el ejército estadounidense interviene con una fuerza abrumadora. Esto es lo que hay que saber sobre las fuerzas armadas de Venezuela y los intentos de Maduro de hacer un régimen “a prueba de golpes”.
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