Publicado: noviembre 25, 2025, 11:30 am
Hubo una época, no hace tanto tiempo, en la que Google se conformaba con ser el cerebro detrás de la operación, esa entidad omnipresente que ponía el sistema operativo Android para que Samsung, Xiaomi y compañía se pelearan por vender el ‘hardware’.
Pero eso se acabó. La compañía de Mountain View ha pasado a tomar una posición claramente intervencionista en el mercado de la telefonía móvil, decidiendo que si quieres algo bien hecho, mejor hazlo tú mismo. Ya no solo fabrican, sino que venden —y cada vez mejor— sus propios terminales, los Pixel, demostrando que la integración total entre software y hardware no es algo exclusivo de la marca de la manzana.
Dentro de este catálogo cada vez más maduro, el Google Pixel 9a ocupa un lugar especial: es el modelo de entrada, el más barato, el teórico “hermano pequeño”, pero no hay que dejarse engañar por la etiqueta ni por el precio, porque en la práctica se comporta y se siente como un teléfono de gama alta con todas las de la ley. Y lo mejor es que, gracias a la locura de precios de esta semana, se ha convertido en una de las compras más inteligentes que puedes hacer.
Amazon ha decidido tumbar el precio de la versión más interesante, la de 256 GB de almacenamiento, dejándola en unos apetecibles 449 euros durante este Black Friday. Es un precio que rompe el mercado si consideramos lo que ofrece, pero si tu presupuesto es todavía más ajustado y te manejas bien con las compras internacionales, en AliExpress puedes encontrar la versión de 128GB por solo 358 euros aplicando el cupón ESBF60.
Son cifras que hacen que mirar hacia la gama media de otros fabricantes pierda un poco el sentido, porque aquí te estás llevando la experiencia “pura” de Google a precio de saldo.
La elección entre uno y otro depende de cuánto espacio necesites para tus fotos y aplicaciones, pero la versión de 256 GB de Amazon es quizás la apuesta más segura para que el móvil te dure años sin agobios de «memoria llena».
La magia del Pixel 9a, y la razón por la que quien prueba un Pixel rara vez cambia de marca, reside en su cámara. No es una cuestión de tener doscientos megapíxeles ni cuatro lentes pegadas en la espalda para impresionar al vecino; es una cuestión de inteligencia.
Google sigue siendo el rey indiscutible de la fotografía computacional. Con el Pixel 9a, simplemente sacas el móvil, apuntas y disparas, y la foto sale perfecta el 99% de las veces. El rango dinámico, la interpretación de los colores y, sobre todo, el modo retrato y el modo noche, están a un nivel que muchos móviles de 1.000 euros envidian.
Es esa fiabilidad de saber que la foto de tus hijos, de tu perro o de ese atardecer va a salir bien, sin tener que tocar ajustes manuales ni ser un experto.
Además, incorpora todas esas herramientas de edición, como el Borrador Mágico para eliminar a gente del fondo o la función para asegurar que en las fotos de grupo todo el mundo salga con los ojos abiertos y sonriendo.
Pero un móvil no es solo cámara. Este Pixel 9a equipa el procesador Tensor de última generación, el mismo que montan sus hermanos mayores mucho más caros. Esto es clave porque Google no recorta en potencia bruta para su modelo asequible.
El chip no solo mueve el sistema con una fluidez pasmosa, sino que es el encargado de gestionar toda la inteligencia artificial que vive dentro del teléfono, desde la traducción instantánea de conversaciones en otro idioma hasta el filtrado de llamadas de spam o la transcripción automática de notas de voz. Es un teléfono «listo» de verdad, que aprende de tus hábitos para gestionar la batería y hacer que llegue al final del día sin problemas, incluso con un uso intenso.
La pantalla también cumple con nota, ofreciendo un panel OLED brillante y nítido con una tasa de refresco elevada que hace que navegar por Instagram o leer noticias sea una delicia.
Y todo esto viene envuelto en un diseño que, siguiendo la línea estética de la familia Pixel 9, se siente robusto y premium en la mano, alejándose de los plásticos baratos que solemos ver en este rango de precios.
