El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha comparecido este lunes ante un tribunal en Tel Aviv por una de sus causas de corrupción, después de tres semanas de aplazamiento debido a una operación de próstata.
Netanyahu, que afirmó que aún no se ha recuperado del todo de la intervención a la que se sometió el 29 de diciembre, acusó a la Fiscalía de «volver loco» al país con acusaciones que calificó de «tonterías«, según informa el diario Times of Israel.
En este sentido, negó categóricamente las acusaciones de que haya presionado al medio israelí Walla para recibir una cobertura favorable sobre sus políticas a cambio de decisiones regulatorias y comerciales que beneficiaron al exdueño de este diario y magnate, Shaul Elovitch, por una suma de unos 500 millones de dólares (algo más de 475 millones de euros).
Netanyahu ha defendido que es «natural» que un primer ministro tenga influencia en los medios, pero ha alegado que no recibió un «trato especial» y que las acusaciones en su contra no tienen fundamento.
El primer ministro, de 75 años, ha afirmado que, pese a que el periodo de recuperación de una operación de próstata es de seis semanas, él no ha podido cumplirlo porque ha tenido que supervisar la liberación de los rehenes apresados por el Hamás y otros asuntos en Líbano. «Estoy en proceso de recuperación, pero aún no estoy recuperado», aseveró.
El abogado del mandatario israelí, Amit Hadad, ha tratado de retrasar los juicios contra Netanyahu en varias ocasiones o intentar reducir los días que debe declarar por diversos motivos.
El líder israelí está acusado desde 2019 de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres causas separadas de corrupción que se están juzgando de manera conjunta desde 2020, en un largo proceso en el que el primer ministro comenzó a declarar el 10 de diciembre, después de varias demoras por la guerra. El tribunal estipuló tres comparecencias semanales para Netanyahu de unas seis horas.