Publicado: diciembre 4, 2025, 11:30 pm
El presentador Pippo Baudo, muy conocido en Italia por haber presentado, entre otras cosas, 13 festivales de San Remo, murió el pasado mes de agosto. Icónico y seguido como pocos, su muerte sembró de tristeza un país acostumbrado a los mitos.
Baudo dejó, al parecer, una herencia que asciende a diez millones de euros. Pero los candidatos a cobrarla no están por la labor: sus dos hijos, Tiziano y Alessandra, y su secretaria, Dina Minna, a la que consideraba una hija más.
La cuestión es que la cantidad que se ha determinado como susceptible de ser heredada, no parece real, esto es: la trayectoria de Baudo indica que sus ingresos y propiedades han debido ascender a mucho más y ninguno de los implicados se decide a firmar lo que le corresponde por miedo a que haya más.
La cuestión es que ninguno de los tres herederos, por el momento, ha procedido a la aceptación del patrimonio de Pippo Baudo, aunque el pasado 9 de septiembre se llevó a cabo la lectura de su testamento. Atendiendo a las informaciones publicadas por los principales medios italianos, los 10 millones de euros oficiales de patrimonio no serían acordes a sus propiedades: cuatro casas y una oficina en Roma, una mansión en Sicilia, terrenos en varias zonas de Italia y los derechos de autor de muchas de sus producciones televisivas.
Ha sido la no aceptación de la herencia lo que ha destacado la prensa italiana como un misterio que se centraría, fundamentalmente, en la necesidad de comprobar de forma exhaustiva el verdadero patrimonio del presentador.
Que nadie haya querido firmar nada, según los medios italianos, sería la prueba de ello. La cuestión, por tanto, no se centraría en cómo se repartiría la herencia, porque se sabe que será en tercios, sino la cuantía real de la misma.
