«Nadie que conozca el muay thai de verdad se referirá a él solamente como un deporte» - Venezuela
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«Nadie que conozca el muay thai de verdad se referirá a él solamente como un deporte»

Publicado: octubre 14, 2025, 8:30 am

El pasado sábado, dos legendarias figuras del muay thai aterrizaron en la capital española para transmitir sus conocimientos en el arte marcial tailandés milenario , algo que sucedió de la mano de Bang Rajan Events. La idea es clara: seguir empujando el crecimiento de un deporte de combate que no solo es eso, que también lleva implícito un trozo de la cultura tailandesa; es, sin duda, un modo de entender el mundo. Carlos Sánchez, el impulsor de la clase maestra, habla con ABC para analizar el impacto que ha tenido y el horizonte de esta disciplina en España . -Somrak Khamsing y Arjan Pipa estuvieron en Madrid con un nuevo formato, algo diferente a un seminario al uso, una apuesta diferente. ¿Cuáles fueron las sensaciones? Creo que salió tal cual lo ofrecimos. Queríamos algo cercano, familiar, con detalle cuidado y comodidad, y lo conseguimos para todos, por un lado, los maestros tailandeses se sintieron comodísimos, felices, con chispa y mucha energía; y por otro, la gente estaba disfrutando de la experiencia, sin pensar en otra cosa, las cuatro horas se pasaron volando. -Hubo mucha diversión. La gente se lo pasó realmente muy bien, y pueden estar seguros de que Somrak y Pipa gozaron muchísimo también, de hecho recibieron la visita de la Excelentísima Ministra Consejera Supamas Yunyasit, quien posteriormente nos felicitó por nuestro trabajo en las redes sociales oficiales de la embajada de Tailandia de Madrid, creo que a la ministra le gustó mucho lo que vio y Somrak estaba honrado y feliz de recibirla. -Vimos la participación de Xavi González. ¿Fue un as bajo la manga? -Lo de Xavi fue increíble, porque blindó las comunicaciones: fue comodidad para ambas partes. Piensa cómo me puedo sentir yo, por ejemplo, dando una clase de muay thai en ruso. Puedo gesticular, explicar, tratar de hacerme entender, pero siempre quedará un vacío grandísimo entre lo que quise decir y lo que entendiste. Xavi explicó perfectamente lo que decían los maestros. Los thais sintieron confianza en su labor, y la gente también le preguntaba, haciendo una comunicación fluida muy bonita de conseguir. Vamos, ya te digo yo que tener cuatro horas a Somrak y Arjan Pipa con el plus que le dio Xavi a esto no lo viven ni en Tailandia. -¿Cómo nace esta idea de darle este nuevo «empaque» a tu evento? Creo que la gente disfruta mucho cuando siente la cercanía de sus ídolos, me refiero a esa sensación de entrenar, voltear y tenerlos allí, a tu lado. Recuerdo cuando Dina Pedro, después de reventar dos pabellones con Saenchai, me invitó a entrenar con él en un grupo de no más de quince personas. Esa sensación de ir a un evento y sentir que no tienes que llevar binoculares para vivirlo debe ser de las más bonitas que hay si te sientes atendido, visto, especial. Aquí apuntamos a eso. Si pudieras dirigirte a un practicante de muay thai que nunca ha venido a tus eventos, ¿qué le dirías? ¿Por qué debería vivir la experiencia? ¡Buf! Les diría que el muay thai se parece al ajedrez. Este juego tiene unas piezas; estas piezas tienen cada una un movimiento o función determinada. Todo jugador conoce el reglamento y cómo se mueven esas piezas, y empieza la partida. Entonces, en un curso nuestro, nadie te va a enseñar algo que no esté escrito, que no se haya aplicado, que no exista. No te vamos a enseñar «cómo funcionan las piezas del tablero», sino cómo jugaron con ellas los grandes maestros. Porque con las mismas armas que aprendes tú, fueron los mejores de la historia. Verás en un entreno no cómo tirar una rodilla, sino cómo la tiró el muay khao (estilo noqueador) más temido de la historia: Dieselnoi, por ejemplo. Eso es Bang Rajan Events, si te gusta el muay thai, es lo que vas a vivir con nosotros. No creo que de aquí salga ningún pentacampeón del mundo (o si no lo se, ojala), pero sí gente muy feliz con algo que contar toda su vida y conocimientos en primera persona para transmitir. -Supongo que conoces a Ibai Llanos, conocido ‘influencer’ que goza de un éxito rotundo con una velada de boxeo de números de escándalo. Si estas fueran de muay thai, ¿Qué opinión te merecería? -Sí, claro sé quién es, aunque no sigo su trabajo. Aun así, no lo critico. Gente como él tiene tanta llegada que, con un pequeño porcentaje de su público, puede llenar cualquier evento: boxeo, muay thai o lo que se proponga. No le quita público al deporte, porque su audiencia es suya y lo sigue en todo lo que haga. ¿Qué da pena no ver a deportistas preparados en esos escenarios? Claro, pero no es culpa suya. Él apuesta por espectáculo y masas, y lo hace bien. Si algún día lo hiciera en Muaythai, solo le pediría que respete el arte, sus elementos y su historia, y que combine diez combates amateurs de su gente con tres peleas profesionales de auténticas monstruosidades tailandesas enfrentando a rivales de nivel, no a influencers. Imagínate un cartel con nombres como Tawanchai, PTT, Panpayak o Superlek. Sería un espectáculo brutal y una oportunidad única para que su público descubra el muay thai auténtico, al máximo nivel. Así todos ganarían: él en espectáculo, los suyos en experiencia, y el muay thai en visibilidad pero en su verdadera dimensión. Como en la música, cuando una banda grande comparte escenario con sus teloneros: cada uno con su público, y todos contentos. -Y si en tus manos estuviera el poder de convocar masas, ¿qué harías por el muay thai? -Nunca necesité las masas para hacer lo que soñé. No tuve masas ni siquiera unas redes sociales gigantes, solo una bonita familia de escuelas de toda España y el apoyo de Dina Pedro y Jean Charles Skarbowsky en Portugal y Francia respectivamente, esa fue mi columna vertebral en esto. Creamos una familia. Siempre fuimos los mismos de siempre, los que se juntaban a disfrutar al punto que si tuviera que borrar todo, todo, para empezar de cero, gozando de mucho más dinero y poder de convocatoria, hubiera hecho lo mismo, con las mismas personas, con la misma gente y los mismos que vinieron. Para mí siempre serán los mejores. -¿Qué se podría haber hecho mejor? ¿Qué pude haber hecho mejor? No podría responder, porque viví cosas que me hicieron llorar de emoción, y eso no pasa por un presupuesto grande, ni por masas de público, sino por lo que tienes dentro para hacer las cosas. Pero vamos, todavía me quedan sueños por cumplir, y con Lao al lado es llevar un plus de vida, siento que es mi corazón y mi pulmón, un gran apoyo. Tengo sueños, siempre los tendré, y algunos hoy me son imposibles, pero no sería la primera vez que algo así imposible pasó por mi cabeza. Si tuviera masas quizás haría otras cosas pero las que hicimos como se hicieron no las cambio. -Hablas de lo que hay que tener adentro para hacer las cosas. ¿Qué hay dentro de Bang Rajan Events para hacerlas así? -Hay una persona que imagina a su GM Pratin sonriendo cuando se juntaba un grupo grande en clase. El Arjan veía veinte personas y estaba feliz. Pienso en lo que ama ese hombre el muay thai, que a sus noventa y pico años se pondría el uniforme de Arjan con su mongkol de oro -si lo llamo- y se mantendría en pie toda la clase, mostrando su fortaleza de luchador de muay thai. Pienso en lo feliz que le hace ver su muay thai crecer, que su hijo como me llama hizo cosas. Siento su orgullo, su sonrisa. Soy una persona que por ejemplo pasó de admirar a llorar de emoción varias veces con Dieselnoi un hermano de sangre, el muay thai me dio, junto a mi barrio, la gente más bonita que conocí en la vida, me dio a mi maestro que es como un padre, me dio la amistad de gente que admiré y admiro a más no poder, puso a Lao en mi camino para andarlo juntos, siento gratitud hacia este arte y ganas de trabajar para verlo en lo más alto. -Y fuera de Bang Rajan Events, ¿qué te gustaría ver para el muay thai español en general? -¡Pues que crezca! Mira yo siempre lo vi como la figura de un trípode. El muay thai tiene que tener tres patas bien puestas para sostenerse: afición, promotores y practicantes. Se necesitan los tres, pero trabajando juntos. Si hay un compromiso de los tres, si los tres se hacen fuertes juntos, se hace estable. Esto crece. Y luego se hará atractivo para la imagen, los medios, y allí tu visibilidad será mayor, y serás atractivo para inversión, esponsorización, etcétera. Se tiene que potenciar el trabajo de los tres juntos, una respuesta en grupo para que esto crezca. Pero si uno falla, no vale de nada el esfuerzo de las otras dos patas. Es así, empujamos todos o el esfuerzo de los demás es esteril. -¿Qué te pareció la escultura de Lao, Hanuman? -Laurene me contó todo el proceso de creación de la escultura: cómo retaba la física al estar inclinada hacia adelante y que luego se sostenga en una pierna, vaciarla una vez hecha finalizada —sí, vaciarla, ahuecarla como si de un huevo kinder se tratara— para poder hornearla y reconstruirla otra vez. Vamos, una locura donde un solo fallo la convertía en un material desechable, en basura inservible. El secreto para que entendáis un poco más, fue similar al de los ilusionistas que ves en Gran Vía: se sostiene con una pieza de hierro diagonal que atraviesa su pierna, ha sido uno de sus más grandes retos y, dicho esto, a mi me dejó sin palabras. Incluso la Ministra necesito tocarla para ver de que material era, el acabado es brutal. Creo que sería la pieza de culto al muay thai que pueda lucir un gimnasio o la casa de un Nakmuay: muay thai hecho arte. Algo que se compra para toda la vida. Es bonito poder crear algo que queda para siempre y ese don lo tiene Lao. Yo honestamente si tuviera un Gym me la pediría, y ojo las otras esculturas de Lao están ya vendidas así que no me sorprende que esta se vaya de casa pronto a un templo del muay thai de España, Francia o Portugal. Invito a seguir de cerca el trabajo de la artista en su Instagram. -Por último, dígame por qué cree que el muay thai es diferente. -Porque lo vivimos distinto. No puedo hablar de otros deportes, pero sí te puedo decir que soñamos con cosas como tatuarnos Sak Yants, aprender su cultura, visitar Tailandia, convivir con su gente. Nos hacemos hasta budistas o, como mínimo, mucho más respetuosos de lo espiritual. Creemos en lo sagrado de los elementos, como el Mongkol, los prajeats y los amuletos. Aprendes valores como el respeto a Dios, al Maestro y a los tuyos; el Wai Kru, la gratitud. Hasta amamos su comida y, si pudiéramos aprender su idioma, créeme, lo intentaríamos. El muay thai nunca será un deporte para nosotros: es más una forma de vida. Te enamora lo que haces, haces de tu escuela una familia y quieres aprender siempre más. Y claro, cuando sabes que eso en Tailandia se intensifica todo, sueñas con ir o volver. Nunca sale de tu cabeza. Ser Nak Muay es más que ser un practicante de muay thai: es vivir enamorado de Tailandia, su historia, su cultura. No sé si es así en otros deportes o soy yo que estoy enfermo de esto.

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