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Mumbrú, el éxito de un entrenador en la sombra

Publicado: septiembre 14, 2025, 12:30 am

Alemania se ha ganado a pulso ser la gran potencia del baloncesto europeo en los últimos años. Campeona del mundo en 2023 y cuarta clasificada en los Juegos Olímpicos de París 2024, el combinado, tras trocear a Finlandia en las semifinales, aspira a levantar el segundo Eurobasket de su historia hoy en Riga, Letonia, para culminar un ciclo que se antojaba impensable hace solo unos años. Son muchas las cualidades que explican la superioridad teutona en las últimas citas internacionales, desde el liderazgo de astros como Schroder o Wagner hasta la capacidad física de Daniel Theis y Bonga, pasando por el letal tiro de Obst o la plasticidad de los hermanos Da Silva. Y detrás de tanto talento, está el arquitecto español Álex Mumbrú, leyenda de nuestro baloncesto que ha vivido un torneo de lo más atípico. El catalán, nada más llegar a la ciudad finlandesa de Tampere, sede del grupo B, comenzó a sentir unas molestias e inmediatamente fue ingresado y diagnosticado con una pancreatitis aguda, serio problema médico que le obligó a perderse los cinco primeros encuentros de sus jugadores, que consiguieron sellar su pase a los octavos de final con un pleno de victorias. En las eliminatorias sintió mejoría y sí estuvo ante Portugal, pero una recaída hizo que diera un paso al lado. Desde entonces, es su principal asistente, el serbio Alan Ibrahimagic, el que dirige a los atletas. Mientras, Mumbrú observa desde la sombra, sentado, casi sin gesticular, una extraña situación que parece no haber afectado a la gran favorita para llevarse el torneo. «En los últimos días, me he dado cuenta de que no estoy físicamente preparado para dirigir al equipo desde la banda durante los partidos. He decidido ajustar las funciones del cuerpo técnico y darle a Alan la responsabilidad de entrenador principal durante los partidos. Ayudaré desde el banquillo en estrecha colaboración como cuerpo técnico», aseguró el barcelonés a principios de semana. «Seguiré en el banquillo, apoyando al equipo, y seguiremos trabajando en estrecha colaboración. Creo que esta es la mejor manera de ayudar al conjunto a alcanzar el éxito». Con o sin enfermedad, lo cierto es que Mumbrú ha conseguido prolongar los buenos resultados de una generación única. Llegó al banquillo alemán hace justo un año tras la extraña salida del anterior seleccionador, el canadiense Gordie Herbert, uno de los principales artífices de la conquista mundial de 2023. Lo cierto es que había muchas voces que dudaban de la capacidad técnica del exinternacional español, pues su carrera en los banquillos se reducía a cuatro temporadas en el Bilbao Basket y a una en el Valencia, la cual no terminó tras ser destituido en abril por los malos resultados. Su debut con Alemania no fue el soñado, derrota ante Suecia por 73 a 72. Tropiezo que, por otra parte, no tuvo réplica, ya que encadenaría ocho victorias en los siguientes nueve encuentros, cinco de los cuales le permitirían disputar el actual Eurobasket, en el que está a un solo triunfo del ansiado trofeo. Los números no mienten y está más que contrastado que su Alemania, además de tener mucho talento individual, es el equipo más equilibrado del torneo. Sus capacidades ofensivas son envidiables (segunda mejor en tiros de campo, tercera en triples, segunda en lanzamientos libres) pero también lo es su bloque defensivo (segunda en rebotes, segunda en tapones, segunda en robos). Un equipo convertido en tanque que se mantiene, a día de hoy, como única selección invicta junto a la otra finalista, la Turquía de Ataman. Un rival envidiable, último escollo de Álex Mumbrú para hacer historia con Alemania, el entrenador que alcanza el éxito desde la sombra.

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