Publicado: octubre 20, 2025, 10:30 pm
Ni que decir tiene que el papel de MacKenzie Scott pasó a un segundo plano en cuanto se divorció de Jeff Bezos en 2019. Por decisión propia, pero ello no quita que la que fuera esposa del magnate y empresario de 61 años, toda vez que ahora él se ha casado con la periodista Lauren Sánchez, haya sido un nombre indispensable para entender lo que es hoy en dÃa la megacorporación de venta online, ya que, aunque pocas veces se la nombre, ella fue la cofundadora de Amazon y una figura clave en su devenir.
Porque no solo, como han explicado desde la edición italiana de la revista Vanity Fair, estuvo al lado del multimillonario de manera romántica, sino que desde un comienzo fue una pieza que formuló cómo debÃa ser el funcionamiento operativo de la marca y todo lo que de sà ha dado desde aquellos primeros compases. Por eso mismo, claro, es dueña también de una cantidad ingente de acciones. Aunque, como puntualizan desde el citado artÃculo, ahora lo es de muchas menos.
Porque Scott, nacida en San Francisco, en California, a primeros de abril de 1970, hija de un planificador financiero y de una ama de casa, ha reducido en un 42% su participación en Amazon en el último año. O lo que es lo mismo, se ha deshecho de alrededor de 58 millones de acciones, lo que le ha granjeado un beneficio estimado de unos 12.600 millones de dólares, unos 10.811 millones de euros, como han detallado diversos medios económicos.
Quizá haya sido herencia paterna, pero haberse desprendido de dichas acciones no significa que Scott no siga siendo una de las personas más poderosas dentro de la compañÃa. El informe de Bloomberg del pasado 30 de septiembre de 2025 aclaraba que siguen en posesión de 81,1 millones de acciones, lo que le da un patrimonio neto de unos 32.400 millones de dólares —lo que la situarÃa en la 66ª posición en la lista de personas más ricas del mundo—.
Lo más curioso, seguramente, es que una buena parte de lo que ha obtenido con la venta de sus acciones ha ido a parar a fines benéficos, proyectos filantrópicos y humanitarios que certifican el camino altruista que ha decidido tomar la también escritora cuando se separó de su primer marido —entre 2020 y 2023 estarÃa casada con el profesor de quÃmica de sus hijos, Dan Jewett—, lo que le llevó, después de obtener una participación del 4% en Amazon, a unirse al Giving Pledge, la campaña caritativa fundada en 2010 por los multimillonarios Warren Buffett y Bill Gates por la que otros multimillonarios se comprometen a donar más de la mitad de su riqueza, ya sea en vida o mediante testamento, a diversas causas y organizaciones.
Y, para entender cómo lo ha hecho, hay que hablar de Yield Giving. Se trata de la propia fundación de Scott con la que, afirman desde Vanity Fair, ya ha donado en apenas un lustro más de 19.000 millones de dólares a más de 2.450 organizaciones sin ánimo de lucro. La fórmula es sencilla: sus operaciones y grandes donaciones las realiza sin restricciones de uso ni requisitos de presentar informes detallados, lo que le ha permitido mantener su actividad sin distracciones mediáticas.
Porque MacKenzie prefiere mantener una vida, aunque holgada, discreta y hermética, de manera que en Yield Giving seleccionan a las ONGs y otras fundaciones sin ánimo de lucro, tanto de pequeña como de mediana escala, y las ayuda a llevar a cabo proyectos concretos, sin que sean sus ayudas fondos para la organización como tal y sin que exista la necesidad de la pompa y el boato de otras celebrities que hacen gala de su filantropÃa.
De esta manera Scott, también escritora, a lo que dedica ahora su tiempo, dado que no hay que pasar por alto que se licenció en 1992 en la carrera de filologÃa inglesa por la Universidad de Princeton, sacando algunas de las mejores notas de su clase e incluso teniendo como profesora a la ganadora del premio Nobel Toni Morrison —que llegó a decir que era una de sus mejores alumnas de escritura creativa—, ha conseguido, solo el año pasado, ayudar a 199 organizaciones.
Algo más de 2.000 millones de dólares destinados a asuntos como mejorar las condiciones de personas en situaciones desfavorables para acceder a una vivienda, la atención sanitaria en paÃses sin seguridad social o encontrar empleos estables para comunidades a quienes le cuesta encontrar trabajo. Asimismo, durante años anteriores, y gracias a Yield Giving, las Girl Scouts han obtenido 84 millones de dólares, la organización para crear tejido social y comunitario Habitat for Humanity casi 440 millones y Planned Parenthood, que promueve la salud y la educación sexual y reproductiva y que es la organización número 1 en Estados Unidos en la práctica de abortos, 275 millones de dólares.
Además, hace poco se centraba en el tema educativo, donando unos 63 millones de dólares a la Morgan State University —para estudiantes afroamericanos—, 42 millones a 10.000 Degrees, la cual vela por el acceso a estudios superiores de alumnos con bajos recursos económicos, y alrededor de 70 millones repartidos a otros colegios y universidades histórica y mayoritariamente centrados minorÃas étnicas, a través de la UNCF (el Fondo Universitario Unido para Personas Negras, en sus siglas en inglés).