Publicado: junio 1, 2025, 9:30 am
En la década de los 80 y principios de los 90, Michael Franzese fue un jefe de la mafia que operaba bajo el paraguas de la familia Colombo, una de las ‘Cinco Familias’ italoestadounidenses del crimen organizado de Nueva York. Hijo de John ‘Sonny’ Franzese, subjefe de la familia Colombo, se involucró en el crimen organizado en los años 70, después de que su padre fuese sentenciado a 50 años de prisión por robo a un banco en 1967. «Lo seguí en esa vida para intentar ayudarlo», ha confesado en el podcast The Diary Of A CEO.
Su incursión en el mundo de la mafia fue rápida y ayudó a implementar un plan para defraudar al gobierno federal con los impuestos a la gasolina a principios de la década de 1980. En 1986, la revista Fortune lo incluyó en el puesto 18 de los ‘Cincuenta jefes de la mafia más ricos y poderosos’. «Me aclimaté con mucha facilidad», ha revelado en dicha entrevista, donde ha contado las ingentes cantidades de dinero en efectivo que llegó a manejar durante aquella época.
La mayor cantidad de dinero que llegó a ver en efectivo fueron «40 o 50 millones de dólares» que había en una habitación, a principios de los 80, ha contado.
«Debía de ser una habitación bastante grande, porque el dinero de las gasolineras iba en billetes pequeños», ha recordado este exjefe de la mafia, que ha llegado a escribir libros superventas como Pacto de Sangre.
«Llegó un momento en que solía llegar a casa y cogía los billetes de cinco y de un dólar y se los daba a mi mujer. Le decía: ‘Dáselos a tus hermanos y hermanas, porque no tengo espacio para ellos’. No tenía dónde guardarlos. Y le daba un par de miles de dólares», prosigue, antes de asegurar que él se quedaba con los billetes más grandes, de 10 y 20 dólares.
Según ha contado Franzese, «lavar el dinero era un problema». En este sentido, ha recordado una anécdota en la que le dio «miles de dólares» a su mujer para que los ingresase en el banco, pero el dinero siempre olía a gasolina, lo que hizo que su mujer le dijese: «No vuelvo a ir al banco por ti», y se negase a ayudarle en sus negocios.
«Ella no sabía que yo hacía nada malo. Nunca hablé de esto con ella, nunca le conté nada«, ha insistido Franzese, que en su lugar le decía que era «mayorista» y por eso tenía tanto dinero en efectivo. «Tenemos mucho dinero en efectivo, ya sabes, vas a una gasolinera y pagas en efectivo», se justificaba entonces ante su esposa.
Al final, su solución para eliminar el olor a gasolina de los billetes fue una nevera y bicarbonato: «Compré una nevera, puse bicarbonato en la nevera con el dinero en efectivo y eso le quitó el olor». El método impresionó a su mujer, que le dijo: «Nunca he visto nada igual».