Publicado: septiembre 19, 2025, 4:00 am
¿Qué pasó en la reunión Sheinbaum-Carney? México y Canadá acordaron trabajar para fortalecer la relación bilateral en aspectos relacionados con infraestructura, energía, ferrocarriles, salud, seguridad, migración… hasta hubo un momento para hablar de colaboración futbolera, de cara al Mundial 2026.
¿Qué tan lejos puede llegar la colaboración? A la luz de las cifras, la relación binacional está mal aprovechada. El comercio bilateral es de apenas 40,000 millones de dólares, con una balanza muy cargada a favor de México, 34,000 millones de dólares de exportaciones frente a 6,000 millones de Canadá.
México y Canadá comparten el “Malestar Gringo”, la extrema dependencia respecto al mercado estadounidense. El 75% de las exportaciones canadienses van a Estados Unidos. En el caso de México, es el 80%. El comercio mexico-canadiense es menos de 5% del total para cada uno de los países.
Uno de los mayores retos, desde el punto de vista canadiense, es entender mejor a México, dijo en una entrevista el exembajador de ese país en nuestro país, Graem Clark: “hay que ir más allá de la caricatura de la playa y el tequila… México es una de las mayores economías del mundo”.
El primer ministro canadiense entiende el potencial de la relación con México. La delegación de empresarios que lo acompañó incluyó a los CEOs de las mayores empresas canadienses con inversiones en México, entre ellos Scott Thompson del Nova Scotia Bank; Keith Creel de la ferrocarrilera CPKC; Nancy Southern de ATCO y Francois Poirier de TC Energy.
La relación binacional ha cumplido 80 años y 2025 ha sido uno de los más complicados. Aquí calaron mucho las declaraciones del ministro de Ontario, Doug Ford, que pidió sacar a México del T-MEC y quedarse con un bilateral Estados Unidos-Canadá. Mark Carney parece entender que el mejor escenario es salvar el acuerdo comercial trilateral y construir una relación más estrecha con México.
El país de la hoja de Maple ha tenido más problemas que nosotros en la relación con Trump; dicen que no están acostumbrados a que desde la Casa Blanca les hablen tan feo. A México le ha ido mejor en 2025 en la relación comercial, porque las exportaciones han crecido 6.5% entre enero y julio, mientras que las de Canadá han caído 2.9% en el mismo periodo.
México quiere más inversión canadiense. Ellos han invertido 46,500 millones de dólares en México, principalmente en minería, automotriz, aeronáutica y energía. En la reunión se habló del potencial del Plan México y de sectores como salud, agricultura e infraestructura. Se puso en la mesa la invitación a invertir en tres corredores en territorio mexicano: puertos, trenes y energía. México abrió la puerta a que Canadá invierta en la modernización de seis de los puertos (no queda claro qué tanto saben allá de la crisis de reputación y seguridad que tiene nuestro sistema portuario con el huachicol fiscal). Como gesto de buena voluntad, James Carney anunció un donativo de 9.9 millones de dólares para proyectos relacionados con la integración de migrantes.
La cordialidad de la comunicación conjunta no dio lugar a profundizar uno de los temas complicados de la relación bilateral: las inversiones mineras. Las compañías de Canadá resienten el cambio de reglas del juego implementado en el sexenio de López Obrador. Hay cerrazón y hostilidad, se quejan. Las autoridades mexicanas hablan off the record de comportamiento “inadecuado” en cuestiones de medio ambiente y pagos de impuestos.
Canadá es, quizá, la mejor opción de México para diversificar, y México es la mejor opción para Canadá de curarse del “Malestar Gringo”. Se estableció el compromiso de tener reuniones de alto nivel más frecuentes. El enlace canadiense será el ministro Dominic Leblanc, que es también el encargado de conducir la renegociación del T-MEC (que en Canadá llaman CUSMA).
Hay voluntad de profundizar la relación bilateral y un enorme potencial a desarrollar, pero no será a costa de poner en riesgo la relación con Estados Unidos. Eso marca límites y define escenarios posibles. En Canadá y México se habla mucho de la necesidad de diversificar, pero la realidad está cuesta arriba. El primer viaje de Carney como premier fue a Gran Bretaña y Francia, aunque el comercio de Canadá con esos países es menor al que tiene con México.
Fue una reunión de los Three amigos, en los que el ausente estuvo presente. Se trataba de demostrar cercanía entre México y Canadá, pero cuidando las cucharadas para no molestar a Trump. ¿Qué opina el presidente estadounidense y su equipo del acercamiento entre Claudia y Mark?