Publicado: noviembre 25, 2025, 6:30 am
Es sintomático de toda la expectación que despierta, sobre todo en el mundo anglosajón, el hecho de que lo más comentado de la última entrevista que ha concedido Meghan Markle, a la revista norteamericana Harper’s Bazaar, haya sido la portada. Y no por una pose sugerente o por el titular con el que hayan decidido desde la publicación promocionar la conversación, sino por la propia fotografía, con multitud de seguidores afirmando tanto que «no parece ella» o que «a pesar de intentar ser natural, se la ve bastante mal» a que lo que desprende es «confianza en sí misma» y que es «guapa al natural».
Porque así es como ha sido retratada la esposa del príncipe Harry, sin una pizca de maquillaje. «Es en el momento en el que empiezas a tomar todas tus decisiones personales basándote en los juicios externos cuando pierdes tu autenticidad», afirma la duquesa de Sussex, que tiene tiempo durante la charla de explorar multitud de facetas de su vida, desde su vida familiar a su imagen pública. O incluso su infancia, especialmente en Los Ángeles durante los disturbios de 1992.
«Cuando era pequeña era muy estudiosa; mi identidad giraba en torno a ser la inteligente», rememoró, así como aquellas revueltas cambiaron su punto de vista. «Fue algo cinematográfico: humo por todas partes, gente corriendo con cajas de pañales, ventanas rotas, fuego y ceniza cayendo como si fuera nieve…». Pero todo ello le sirvió para entender mejor a las dos mujeres de su vida. «Mi madre era una mujer libre, así como mi abuela me enseñó el valor de la alimentación y de hacer comunidad».
Lo que le ha llevado a ella misma a involucrarse en la suya, como demostró tras los incendios que asolaron la ciudad californiana hace unos meses. «Me gusta la comunidad que se genera en el trabajo y las conexiones personales que producen. Creo que está en mi ADN», ha declarado, añadiendo que es importante no idealizar el individualismo: «Debes hacer lo que a ti te funcione como persona. Pero cuando otra gente empieza a ver tu ética de trabajo y comprende que eres alguien dedicado a los demás, eso se acaba reflejando en todos los ámbitos de tu vida».
Ámbitos, algunos de ellos privados, que dejaron de serlo en cuanto entró a formar parte de la familia real británica. «Toda niña preadolescente imagina que existe, pero para mí es muy real. Creo que mis límites se fortalecieron cuando entré en la vida pública de esta manera tan… Acabas encontrando distintas formas de protegerte, ya sea por instinto de preservación o sencillamente porque creces», ha declarado sobre lo que significa la fama y el escrutinio continuado de su vida, por lo que en un momento dado optó por no darle más pábulo a las habladurías o a lo que opinen de ella.
«No existe algo así como la perfección. Yo también puedo cometer errores», ha añadido, «no tiene nada de divertido intentar ser perfecta. ¿Para qué intentarlo entonces si lo que quieres es pasarlo bien?». Y en ese aspecto también entra la experiencia. «Si todo sale bien, no aprendes nada. Y si no aprendes, no creces como persona», ha declarado, encogiéndose de hombros figuradamente ante las críticas sobre si Kris Jenner recientemente borró sus fotos con ella en su fiesta de cumpleaños o su asistencia a la Semana de la Moda de París para el debut de Pierpaolo Piccioli como director creativo de Balenciaga porque según algunos usuarios debería estar cuidando de sus hijos.
«A mí me encanta poder hacer de todo: jugar en la arena con mis hijos y estar en primera fila en un desfile de moda», ha añadido la duquesa con toda la tranquilidad que le da, sobre todo, saberse apoyada perennemente por H, como se refiere, a modo de mote cariñoso, al príncipe Harry. «Me ama con tanta intensidad y plenitud… Nadie en el mundo me quiere más que él, así que sé que siempre va a estar ahí para apoyarme», ha afirmado.
Y es que el hijo de Carlos III de Inglaterra y Lady Di sabe bien lo que ha significado criarse bajo el ojo público toda su vida, una experiencia que a la larga a ella también le ha beneficiado por lo que ha podido aprender de él, quien para ella tiene «una perspectiva diferente» porque «comprende los medios de comunicación» de una forma totalmente diferente a lo que ella estaba acostumbrada. De hecho, de alguna forma eso jugó un papel fundamental en la forma de ser de Harry, lo que la acabó enamorando.
«Es una de esas personas que tienen esa maravillosa jovialidad típica de los niños, que también logró sacar en mí y que se ha visto reflejado en cada aspecto de nuestra vida. Incluso en el trabajo, quiero que juguemos, nos divirtamos, exploremos y seamos creativos», ha continuado alabando a su esposo y padre de sus dos hijos, Archie, de 6 años, y Lilibet, de 4, razones por las que siente inmensamente afortunada de poder trabajar desde casa. «Mi oficina está junto a la cocina. Es un lujo total», ha dicho sobre su mansión en Montecito.
Es decir, que sus pequeños pueden verla trabajar mientras desayunan. Y de ahí que, precisamente por la resiliencia que ha acoplado a su personalidad desde bien joven, quiere sus hijos saquen algo en claro de verla trabajar y de haberse convertido en la mujer que es ahora. «Espero que entiendan el valor de ser valientes. Cuando eres joven, eres más intrépido, aunque con el tiempo se acabe perdiendo algo de eso», ha finalizado.
