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Medicina o cirugía estética: ni éramos tan buenos, ni somos tan malos

Publicado: diciembre 5, 2024, 3:05 am

¿A qué recurrimos para conseguirlo? Al deporte, la nutrición, la moda o tratamientos de medicina estética, sobre todo en los últimos años. Esto no era así a finales del siglo pasado, ya que las clínicas de estética no abundaban en España, y la mayor parte de su actividad se centraba en hacer dietas y tratamientos de mesoterapia corporal para mejorar la figura. Durante la primera década de los años 2000, después de haber experimentado con diferentes productos para rellenar las arrugas de la cara y obtener con todos ellos, resultados desastrosos, se popularizaron los biopolímeros. A priori, era la «solución perfecta» frente a los efectos secundarios que originaban los rellenos anteriores: las pacientes, en su gran mayoría mujeres, se pinchaban una vez en la vida, pagaban su tratamiento una vez, y en teoría, obtenían un resultado permanente, ya que eran rellenos no reabsorbibles. Sin embargo, a medio-largo plazo, los biopolímeros también generaban «reacciones de rechazo» en un alto porcentaje de las personas en las áreas faciales tratadas. Todos recordamos los labios de reconocidas modelos, actrices o presentadoras de televisión en las que se apreciaba el efecto típico de estos productos. Por supuesto, esos labios no salían así de las clínicas de los doctores, sino que con el paso de los años, generaban una reacción inflamatoria crónica. Es decir, una inflamación de por vida que se debía corregir eliminando el producto con cirugía. Fue entonces cuando, tanto los laboratorios como los médicos, se dieron cuenta de que no se podía utilizar en el cuerpo humano un relleno definitivo, pues antes o después, generaría esa reacción de rechazo en muchas personas. «Necesitábamos tratamientos seguros para nuestras pacientes. Por eso, era necesario trabajar con un producto temporal, un producto reabsorbible», explica el Dr. Alberto Marina que, con más de 20 años de experiencia en Cirugía y Medicina Estética, cuenta con una clínica estética en Valencia con un equipo especializado en los procedimientos estéticos más novedosos con los que ayudan a sus pacientes a revolucionar su confianza. ¿Cuál fue la alternativa a esos procedimientos «definitivos» que acababan dando problemas con el paso de los años? El ácido hialurónico, un polisacárido que tenemos en nuestra piel y en nuestros cartílagos y que nuestro propio cuerpo tiene la capacidad de reabsorber de forma natural. La llegada del ácido hialurónico hizo necesario reeducar a las pacientes, ya que estaban acostumbradas a tratamientos que durasen toda la vida y «no entendían eso de que tuviesen que pincharse y pagar el tratamiento cada 9-12 meses, que es lo que duraba al principio el ácido hialurónico». «El ácido hialurónico ha sido uno de los descubrimientos del siglo XXI». Así de contundente y seguro se muestra el Doctor Marina. Porque aunque comenzó su ejercicio privado cuando este producto ya había emergido con fuerza y «no le tocó» vivir la época de los biopolímeros, sí ha visto y tratado las secuelas de esos rellenos definitivos, y ha sido testigo de cómo el ácido hialurónico ha permitido evolucionar hacia una nueva tendencia que apuesta por la naturalidad y la armonía en los resultados. «Ahora tiene mucho más sentido eso de hacer tratamientos periódicos, pues con los años, inevitablemente, la cara se va descolgando, y los tratamientos deben ir adaptándose en función de cada década de la vida y del envejecimiento de cada persona para lograr un resultado natural», explica. Antes apenas existían los tratamientos de medicina estética facial, la mayoría de las personas no se aplicaban cremas ni se protegían del sol y esto implicaba caras muy deterioradas incluso con 50 años. En estos casos, cuando se sometían a una cirugía de lifting facial, los cambios eran muy drásticos y eso se tradujo en críticas hacia ese tipo de procedimientos. Después, con el ácido hialurónico, tanto pacientes como doctores buscaban tratamientos sutiles, poco invasivos, poco agresivos y con una recuperación rápida que permitiese recuperar nuestras vidas y actividades cotidianas cuanto antes y sin que se notasen sus efectos. Hoy, la historia se repite y el ácido hialurónico es criticado duramente en redes sociales y medios de comunicación cuando las influencers comparten sus resultados y pueden apreciarse caras hinchadas e hipertratadas. «Por eso, quiero decir que ni antes éramos tan buenos… ni ahora somos tan malos , pues no hay un tratamiento mejor u otro peor, sino que cada uno tiene su indicación», comparte el Dr. Marina, que piensa que en los últimos años, los tratamientos faciales con ácido hialurónico se han sobreindicado. Sin embargo, como experto con una dilatada experiencia en el sector, lo tiene muy claro: «Bajo mi punto de vista, la medicina estética debe utilizarse para prevenir y para tratar casos incipientes, es decir, esos primeros signos de envejecimiento. Sin embargo, cuando ya hay signos de descolgamiento francos, debemos aconsejar a nuestras pacientes someterse a una cirugía facial». ¿Su pronóstico para los próximos años? «Veremos de nuevo, pues ya se está notando en las clínicas de cirugía estética, un auge de la cirugía facial, del lifting facial , con las técnicas novedosas que manejamos en la actualidad, ya que cada vez son más personas las que entienden que esa es la mejor solución para lograr un resultado natural, evitando caras hinchadas y rellenas en exceso».

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