Publicado: febrero 25, 2025, 2:15 am
Después de superar un cáncer de próstata, Máximo Pradera reapareció este fin de semana en Fiesta, donde habló sobre cómo le diagnosticaron la enfermedad, relatada en su nueva obra que acaba de lanzarse al público.
El escritor contó que pasó dos años duros debido al tratamiento y sus secuelas. Entonces, comenzó a investigar todo lo necesario sobre la enfermedad. Ahora piensa que, hoy en día, se sigue tratando el cáncer «con técnicas medievales»: «Yo no sabía nada del cáncer, pero hoy tengo claro que lo he padecido porque ningún médico me hizo nunca la pregunta clave: ‘¿qué comes?».
«Me descubrieron que tenía hígado graso y no había forma de cargársela. Es grasa literal y provoca mucha inflamación», explicó. «Empecé a experimentar con el ayuno», reveló, haciendo referencia al ayuno intermitente. «Adelgacé en dos tandas. Antes pesaba 103 kilos cuando estaba más ‘acochinao’, que decimos en casa. Luego conseguí bajar a 93 y ahora estoy en 82 u 83«.
«Tampoco tengo un peso ideal. Ahora estoy muy delgado porque me viene bien para las rodillas. Hay que experimentar con ello», añadió el expresentador de Lo + Plus.
Además, desde su punto de vista, su tumor se debió «a la desinformación». Según él, «tienen que cambiar los protocolos médicos, porque no todo el mundo se puede pagar un nutricionista». «Cada vez que vas a un nutricionista tienes que pagar 100 euros, o más, y no puedes estar todo el día así», relató.
«Tampoco me miraron jamás los niveles de cortisol o glucosa, que son fundamentales para acabar desarrollando un cáncer», indicó. Así, aseguró que parte de su tumor se debió a la obsolescencia programada, porque el sistema inmunitario se debilita con la edad». Por eso, tras mucho investigar sobre la enfermedad, el escritor concluía que, en el caso de haber llevado «otros hábitos alimenticios y de vida», «podría» haberse «librado del cáncer».
Un discurso que provocó ciertas críticas contra el formato presentado por Emma García, ya que, según muchos usuarios en las redes, la entrevista fue innecesaria y «peligrosa», porque deja en mal lugar a la sanidad pública del país.