Publicado: diciembre 17, 2025, 1:30 pm
Comer queso y crema con alto contenido de grasa, alimentos que durante años han estado bajo sospecha, podría estar asociado con un menor riesgo de desarrollar demencia. Así lo sugiere un estudio publicado en ‘ Neurology ‘. Aunque los resultados no prueban una relación causal, sí abren un debate que desafía las recomendaciones tradicionales sobre las grasas y la salud del cerebro. La investigación analizó datos de 27.670 personas en Suecia, con una edad promedio de 58 años al inicio, seguidas durante aproximadamente 25 años. Durante ese tiempo, 3.208 participantes desarrollaron demencia. Los sorprendentes resultados mostraron que las personas que consumían 50 gramos o más de queso con alto contenido de grasa al día, como cheddar, brie o gouda, que superan el 20 % de grasa , tuvieron un 13 % menos de riesgo de demencia que quienes comían menos de 15 gramos diarios. Entre quienes consumían más queso graso, el 10 % desarrolló demencia, frente al 13 % en el grupo de menor consumo. Además, el riesgo de demencia vascular fue un 29 % menor en los grandes consumidores de queso graso. En el caso de la crema con alto contenido de grasa (30–40 %), quienes ingerían 20 gramos o más al día presentaron un 16 % menos de riesgo de demencia en comparación con quienes no la consumían. Sin embargo, no se encontró ninguna asociación entre el riesgo de demencia y el consumo de lácteos bajos en grasa , leche (entera o descremada), mantequilla o productos fermentados como yogur o kéfir. «Durante décadas, el debate entre dietas altas y bajas en grasa ha marcado las recomendaciones de salud, llegando incluso a catalogar el queso como un alimento poco saludable que se debe limitar», explica Emily Sonestedt, de la Universidad de Lund (Suecia). «Nuestro estudio sugiere que algunos lácteos ricos en grasa podrían reducir el riesgo de demencia, lo que desafía ideas muy arraigadas sobre la grasa y la salud cerebral ». El análisis también reveló que el menor riesgo de enfermedad de Alzheimer asociado al consumo de queso graso se observó solo en personas que no portaban la variante genética APOE e4, un conocido factor de riesgo para esta enfermedad. Ahora bien subrayan que el estudio no demuestra que comer queso o crema prevenga la demencia, sino que muestra una asociación. Además, una limitación importante es que todos los participantes eran suecos, donde el queso suele consumirse crudo, a diferencia de otros países donde se cocina o se acompaña con carne. «Estos hallazgos indican que no todos los lácteos son iguales cuando se trata de la salud cerebral», concluyó Sonestedt. «Se necesita más investigación para confirmar si ciertos productos lácteos con alto contenido de grasa pueden ofrecer algún nivel real de protección para el cerebro». Sin embargo, para Naveed Sattar, de la Universidad de Glasgow (Reino Unido), el estudio tiene más sombras que luces. En declaraciones a SMC, Sattar señala que no cree que exista una relación causal, «ya que se trata de un estudio observacional y no de un ensayo controlado aleatorio». Por ejemplo, explica, « es importante señalar que las personas que consumían más queso y nata con alto contenido en grasas tenían , en promedio, un mayor nivel educativo. Esto plantea la posibilidad de que exista una confusión residual, por la que otras características ‘saludables’ asociadas a un mayor nivel educativo, y no el queso o la nata en sí, puedan explicar las menores tasas de demencia observadas». Concluye Sattar que ya conocen varios factores bien establecidos y probados que reducen el riesgo de demencia, como mantener una presión arterial saludable, controlar el peso y prevenir enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares. «Estas intervenciones deben seguir siendo la prioridad, dada su sólida base empírica, en lugar de centrarse en asociaciones dietéticas no probadas».
