Publicado: diciembre 20, 2024, 9:15 am
En medio de la controversia por el agujero económico de la marca textil que fundó en 2017 con su hermana María y su exmarido, Marta Pombo se encuentra ocupada con sus últimos recados navideños antes de poner rumbo a Cantabria, a donde, según ha contado, pretendía viajar este jueves junto a su marido, Luis Zamalloa, para pasar la Navidad.
Sin embargo, debido a «una serie de imprevistos», ese momento se ha tenido que aplazar, por lo que la influencer ha aprovechado para asistir a una grabación, cuyos detalles no ha querido desvelar, pero también para recoger unos roscones de Reyes que había encargado en una de sus pastelerías favoritas de la capital.
En este contexto, la mediana de las Pombo, que recientemente sembró la polémica al quedarse con juguetes gratis en un evento, ha protagonizado una escena de lo más «surrealista» que no ha pasado inadvertida en redes sociales. »No sabéis lo que me acaba de pasar. Me ha hecho mucha gracia», ha comenzado diciendo Marta en sus historias de Instagram.
Antes de compartir su anécdota, sin embargo, la creadora de contenido ha aclarado que, si bien pronto va a salir a la luz una campaña en colaboración con la marca de pasteles, las cajas de roscones que lleva consigo fueron compradas con su propio dinero. De hecho, esto podría explicar que la dependienta de la pastelería ni siquiera la reconociera.
«El caso es que la dependienta me dice: ‘Bueno, es que, además, estos roscones yo creo que estas Navidades se van a vender mucho porque hemos hecho una colaboración con Marta Pombo'», relata la influencer, quien, al parecer, no encontraba la forma de revelar su identidad a la trabajadora. «No sabía si decirle que yo era Marta Pombo o hacerme la natural», comenta.
A pesar de esta «surrealista» situación, ya de por sí incómoda para ella, la influencer optó por ocultar la verdad a la dependienta, haciéndose pasar por cualquier cliente. »Me estáis diciendo que debería haberle dicho que era yo, Marta Pombo. Qué vergüenza porque no me sigue, que me parece genial porque somos muchos, pero entonces, si se lo digo, la estoy dejando en evidencia», concluye Marta, poco después, ante el revuelo causado por su anécdota.
