Publicado: noviembre 28, 2025, 12:30 pm
En los últimos meses, Marina Yers ha dado un giro radical a su trayectoria como influencer. No solo por la creación de una cuenta paralela en la que se deja ver con hiyab y habla de su presunta conversión al Islam, sino por el nuevo enfoque que habría dado a sus vídeos, orientados ahora a llevar un estilo de vida más modesto y recatado, alejado de la «hiperproductividad» y la falta de compromiso que, según ella, impera en redes sociales.
No obstante, antes de encontrar su verdadero «propósito», la creadora de contenido, muy criticada por asegurar que «el agua deshidrata» o que es bueno vomitar para «limpiarse por dentro», entre otras declaraciones sin fundamento, tuvo que afrontar su problema con las drogas, una adicción con la que intentaba evadir los malos «recuerdos» que la perseguían.
«Las drogas te dejan con niebla mental, anulan tu persona y son lo peor que hay», escribió Marina hace unos días, asegurando que, en su caso, por no haberse criado con «una educación clara acerca de lo que está bien o está mal» acabó viéndose sumida en un bucle de dolor que, según explicó, tan solo le perjudicaba a sí misma.
Con la misma contundencia, la youtuber de 26 años reapareció este jueves en su perfil de Instagram, acompañándose de una infografía en la que profundizó como nunca acerca de los «tres brotes psicóticos» que sufrió «entre los 20 y los 23 años» y que ahora, en perspectiva, achaca a su adicción a las sustancias ilícitas y, más concretamente, a la marihuana.
Según explicó, su primer brote psicótico coincidió con el consumo de hongos, una decisión que «despertó una especie de alergia hacia todo tipo de sustancias» y que, en lugar de apartarla del cannabis, sirvió para alimentar su fe ciega en las supuestas ventajas de esta droga, a la que consideraba «natural e inofensiva».
«No te relaja, altera tu memoria, tus emociones y tu percepción», señaló Yers asegurando que uno de sus componentes, el THC, «afecta la parte del cerebro que distingue lo real de lo irreal», causado graves problemas psicológicos como una mayor tendencia a «pensamientos raros, miedo» e, incluso. paranoia.
Sin embargo, estas graves secuelas no impidieron que siguiera fumando, incluso tras los dos brotes psicóticos posteriores. «Cada vez que volvía a fumar, jugaba a la ruleta rusa con mi salud mental hasta que entendí que, si quería vivir en paz, tenía que elegir: Marihuana o mi vida», sentenció.
A través de su propio testimonio, en el que no pasa por alto sus ingresos a hospitales psiquiátricos y su «lenta recuperación», Marina Yers, que recalca que no se avergüenza de su propio pasado, pretende inspirar y concienciar a otras personas jóvenes que, al igual que ella, puedan sucumbir a la espiral de destrucción en la que se vio inmersa.
«La mayor fuente de inspiración para mis seguidores son mis vivencias y el haber salido de un pozo profundo de oscuridad por culpa de mis malas decisiones», escribió la influencer en la descripción de su post. «Sí, me responsabilizo de todas y cada una de ellas. Y estoy muy orgullosa de haber tocado fondo, y aún más de haber salido de ahí», apuntó.
Lejos de quedarse ahí, Yers se dirigió a su audiencia para alertar sobre los peligros de las adicciones a las drogas. «Porque sé de primera mano lo duro que es estar en esa situación y no se lo deseo a nadie», agregó.
