Cuando un creador de contenido alcanza cierto nivel de visibilidad en redes sociales, suele ser recomendable contratar una agencia de representación para que gestione todos sus proyectos y colaboraciones. Sin embargo, como cualquier otra relación, esta decisión también implica algunos riesgos, especialmente al abandonar la agencia en cuestión.
Este bien podría ser el caso de Marina García, conocida tras su paso por La isla de las tentaciones, quien este martes ha compartido con sus seguidores su decepcionante experiencia con Eleve11, una agencia de representación de artistas a la que se unió hace cuatro meses porque, en aquel entonces, le transmitía «confianza» y en ella, además, «trabajaba una persona muy importante» para ella.
Sin embargo, la situación comenzó a complicarse cuatro meses después, cuando esa persona no superó el período de prueba y decidió marcharse «por las condiciones laborales». «Al enterarme, les comenté que quería llegar a un acuerdo con ellos», ha relatado la influencer a través de Instagram, subrayando que «si no estaba ella, ya no quería formar parte».
Según ha explicado, la agencia interpretó su drástica decisión como una «amenaza», lo que llevó a ambas partes a involucrar a sus respectivos abogados. Finalmente, tras varios meses de negociación, acordaron que, una vez completadas las «acciones acordadas», la creadora de contenido podría desvincularse de la agencia.
No obstante, tras cumplir con su parte del acuerdo «como profesional» que se considera, Marina ha relatado que unas semanas más tarde la empresa le exigió «que les pagara 63.000 euros de cosas inventadas y contratos anuales, según ellos ‘cerrados’, que eran totalmente mentira (dicho por las propias marcas)».
Además, este mismo martes la agencia le envió un burofax en el que le informa que no tiene intención de pagarle por las acciones que llevó a cabo durante el verano «porque no quieren». «No sabéis la impotencia que siento (…) La angustia que siento, la impotencia, la maldad de estas personas, lo que me están haciendo pasar… No se lo deseo a nadie», ha confesado la influencer, quien destaca que, antes de formar de la agencia, ya había trabajado con la mayoría de las marcas.
«Falsas acusaciones», según la agencia
A las pocas horas, la cuenta oficial de la agencia implicada, Eleve11, emitió un contundente comunicado en el que se defiende de estas «falsas acusaciones», las cuales ya están en manos de su equipo legal. «Lo bueno de ser diligentes y rodearse de grandes profesionales en nuestro día a día es que tenemos todo por escrito y, lamentablemente, hay quien se cree que los contratos y compromisos firmados no tienen valor y se pueden romper caprichosamente», explican.
Sin entrar en más detalles, la agencia se desvincula por completo de cualquier culpabilidad en esta polémica. «Confiamos mucho en la ley y en el buen trabajo que hay cada día detrás de esta gran familia y, por ello, esperamos muy pronto poder demostrar que la ley nos ampara», añaden, asegurando que seguirán «trabajando como hasta ahora» para mejorar, poco a poco, las condiciones del sector.