Publicado: marzo 25, 2025, 6:30 am
«No te puedo contestar a esa pregunta porque para mí no es cuestión de si eres una cosa u otra, sino de que lo hagas bien». La pregunta en cuestión es sobre si se considera republicana o monárquica y quien responde, Mafalda de Bulgaria. Nieta del último zar búlgaro, Simeón II, quien llegó a vivir en el exilio, y segunda de los tres hijos que tuvieron el príncipe Kyril y la marchante de arte y aristócrata mallorquina Rosario Nadal, la joven, nacida en Londres hace 30 años, se ha decantado por España para vivir, donde ha encontrado de nuevo el amor.
Porque el gran centro de su extensa entrevista con la periodista Luz Sánchez-Mellado para El País ha sido, precisamente, el amor. O, más bien, lo que sucede tras el amor. Un tema mil veces tratado por el arte, especialmente por la poesía y por la música. Esta última, de hecho, la profesión de Ona Mafalda, su nombre artístico —Mafalda por una hermana de su abuelo y Ona porque significa «ola» en el idioma balear y ella se siente «en constante movimiento»—, que acaba de publicar Ya no soy esa, una versión moderna del clásico Yo no soy esa de Mari Trini.
Un himno feminista que ella reivindica, porque sí se considera feminista y se «moja». «Soy mujer, y lucho por mí y por todas. Quizá porque nunca lo vi [el machismo] en casa, me chocó fuera. En la escuela de música, daban por supuesto que eras la cantante, y no la compositora o la productora, o que no sabías tocar un instrumento. Obviamente, hay situaciones más complicadas para otras mujeres. Soy consciente. Pero es importante que, quien tenga una voz, tiene que apoyar a las otras. De hecho, fui a la manifestación del 8-M, que llovía a mares, pero como soy inglesa a mí la lluvia no me para. Ahora que Madrid parece Londres estoy en mi salsa», ha declarado.
Hacía así hincapié en su nueva vida en la capital española, donde vive desde hace unos años y donde ha conseguido sobreponerse a su divorcio del financiero libanés Marc Abouleisman el pasado noviembre. Casados desde 2022, se habían conocido cuando estudiaban en el Liceo Francés de Londres, si bien ella más tarde, y tras pasar tres años por el Berklee College of Music de Boston y algunos más en Nueva York, se centraría en la composición y el canto, dedicándose profesionalmente a ello desde hace una década, sacando su primer sencillo en 2016 y obteniendo un gran éxito con temas como Hate Me Right, Que se acabe, Así lo hago yo, A otro lado o, sobre todo, Rotos.
De hecho, no ha dejado de asistir, por su faceta aristocrática, a eventos de alto copete, al mismo tiempo que no ha parado su actividad en bares y salas de fiesta —comenzó a los 16 años— o, incluso, en festivales, donde ha encontrado de nuevo el amor en los brazos de Miguel Ángel Martín Maoño, director creativo del popular Mad Cool. Pero eso no es óbice para que reconozca que le ha costado el cambio y que no ha sido todo un camino de rosas.
«Ahora soy una nueva Mafalda», ha declarado, «más atrevida, que no teme tomar riesgos y que no permite que nadie ni nada ni ningún prejuicio le impidan llegar donde quiere». Antes, sin embargo, se ha descrito como «más reservada, tímida», si bien «no sumisa, sí más conformista». Ella era ella misma en «el escenario, donde tenía lugar una explosión personal». «Pero ahora es en todo mi ser, no solo en la parte escénica. He aprendido mucho de la industria, y de la vida», ha puntualizado.
Precisamente se puede decir que entre su trabajo y, no se puede olvidar, ser princesa —»Es que es muy fuerte. Sí, lo soy, pero no voy a dejar que el prejuicio me impida ser quien quiero ser», ha declarado—, puede tener la sensación de estar viviendo muchas vidas. Pero ello no impide que existan y aparezcan las crisis vitales, como puede suceder tras un divorcio. «No se lo deseo a nadie, y menos a nadie tan joven como yo», ha afirmado.
«Es un cambio muy grande y un dolor muy grande también. Me he pasado año y medio preguntándome qué quiero y qué quiero hacer ahora. Tenía muchas emociones en la cabeza y otras tantas cosas pasando a mi alrededor. Pierdes un poco el norte», ha reconocido, así como que se permitió el lujo de poder sentir «todo ese caos y ese dolor» mientras seguía actuando. Y, por increíble que parezca, todo cambió cuando se rompió la nariz en un accidente doméstico. «Fue una catarsis. Decir: ‘Ok, tengo que soltar todo esto que tengo dentro», ha añadido, dejando caer que formará parte de un futuro proyecto musical.
Prefiere por ahora no contarlo, aunque sí aspira a que se hable de ella por su trabajo y no por ser hija de dos asiduos de la prensa del corazón, aunque ya se toma a broma cuando salen en las revistas: «Muy guapos, porque lo son». Al fin y al cabo, no puede negar que forma parte de una casa real. «Muchas de los futuros reyes en Europa van a ser reinas. En España, Noruega, Holanda. Son más pequeñas que yo, pero las conozco, son increíbles y creo que lo van a hacer muy bien», ha dicho acerca de Leonor, Ingrid Alexandra y Catalina Amalia de Países Bajos.
«En mi caso, en mi familia, no vivimos de esto», ha querido matizar finalmente, «ese no es nuestro trabajo». «Nosotros no tenemos ningún familiar que vaya a ser un futuro rey, o una futura reina. Todo el mundo tiene su trabajo, tiene que hacer sus cosas y salir adelante», ha zanjado, dejando la vista puesta en su próximo, como ella lo define, «proyecto de la hostia».