Publicado: agosto 20, 2025, 8:00 pm

En un intento por contrarrestar el creciente aislamiento internacional y la presión de Estados Unidos, Nicolás Maduro encabezó la XIII Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la ALBA-TCP, un bloque regional que agrupa a países afines al chavismo.
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Durante el encuentro, Maduro anunció que el objetivo principal es actualizar los planes de cooperación permanente y analizar la coyuntura de América Latina y el Caribe, en un contexto donde su régimen enfrenta sanciones, acusaciones de crímenes y cuestionamientos por las elecciones.
“En la ALBA estamos activados para que en esta Cumbre número 13, actualicemos los planes de cooperación permanente y revisemos la coyuntura que tenemos en el continente”, afirmó Maduro, destacando la necesidad de fortalecer la integración entre los países miembros. Sin embargo, la cumbre llega en un momento crítico para el régimen, con aliados tradicionales como Brasil y Colombia marcando distancia y un despliegue naval estadounidense en el Caribe que intensifica las tensiones.
Maduro insistió en la narrativa de resistencia frente a lo que calificó como agresiones externas. “Si algo caracteriza esta época que estamos transitando y de la cual saldremos más fuertes y poderosos y victoriosos, a la corta o a la larga, es el carácter cruel y la normalización del uso de la fuerza, de la amenaza del uso de la fuerza y del crimen en toda su expresión. El crimen en toda su expresión”, expresó, refiriéndose a las sanciones y la recompensa de 50 millones de dólares ofrecida por Estados Unidos por su captura.
La ALBA-TCP, liderada por Venezuela, Cuba y Bolivia, busca proyectar una imagen de unidad y solidaridad, pero su influencia regional se ha debilitado frente al rechazo de gobiernos como el de Luiz Inácio Lula da Silva, que no reconoce a Maduro como presidente legítimo, y las recientes fricciones con Gustavo Petro en Colombia. La cumbre, lejos de mostrar fortaleza, evidencia los esfuerzos del chavismo por mantener relevancia en un escenario donde sus aliados se reducen y la presión internacional arrecia.