Publicado: marzo 26, 2025, 6:30 pm
A un día de que la llamada ‘coalición de voluntarios’ se reúna en Francia para seguir discutiendo como será la ayuda a Kiev cuando se alcance un acuerdo de paz, el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha reunido en Paris con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski. Desde el Palacio del Elíseo, el presidente de la República francesa ha anunciado un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por 2.000 millones de euros y ha pedido un alto el fuego que lleve a una paz duradera; en la que ha reconocido que Moscú «no tendrá nada que decir» en cuanto al apoyo europeo que se le va a ofrecer a Ucrania.
«Rusia no tendrá nada que decir en cuanto al apoyo que vamos a ofrecer y ofreceremos a Ucrania. Y tampoco tendrá nada que decir para la paz duradera, porque se trata de Ucrania y de la seguridad de todos los europeos«, ha dicho el presidente galo, que ha recordado que todavía es pronto para dar detalles técnicos sobre las tropas de paz que se quieren desplegar en Ucrania para controlar la zona durante la postguerra. «Todo va a depender de las conversaciones que están por venir», ha reconocido Macron, que ha querido dejar claro que ese futuro contingente que podría realizarse a través de «un mandato de fuerzas de mantenimiento de la paz y operaciones pertinentes» no tendrá nunca a «fuerzas europeas en el frente».
«El presidente Zelenski va a tener que decir donde quiere las fuerzas armadas. No en primera línea, pero podremos apoyar en lugares estratégicos y entrenar tropas. En caso de que haya una nueva agresión contra ucrania estos ejércitos también serían atacados y, teniendo soldados desplegados, estarían depuestos a reaccionar en momentos de conflicto. La situación en Ucrania no es distinta a la de otros países en los que se ha hecho. Es un enfoque pacifico», ha dicho el líder francés.
En cuanto al nuevo paquete anunciado este miércoles, Macron ha reconocido que hay ciertos equipamiento que ya tienen o que son capaces de dar pronto, pero que se elaborará una agenda de entregas. Así mismo, ha asegurado que su país ya está aportando importante ayuda militar a través de misiles Mistral, vehículos armados, carros de combate, drones, munición, aviones e incluso información de Inteligencia. El mandatario ha explicado que este jueves durante la reunión se debatirá sobre un «un alto el fuego duradero que sea medible y controlable». Además, ha reconocido que las negociaciones en Arabia Saudí entre EEUU con Rusia y Ucrania serán «arduas», pero que deben terminar con «mecanismos para que la tregua se cumpla».
Sobre esto se ha pronunciado también Zelenski, que ha reconocido que Rusia está rechazando el alto el fuego total que ellos han solicitado, lo que «demuestra que no está dispuesta a acabar con la guerra». Por ello, ha pedido que la petición hecha por Moscú para avanzar en las negociaciones no se acate. «Se ha hablado de las condiciones previas y esperamos que los estadounidenses insistan en un trato incondicional«, ha dicho antes de solicitar que «las sanciones a Rusia se mantengan mientras Rusia ocupe Ucrania».
Acusaciones mutuas de violar el alto el fuego
Mientras se producía esta reunión, en Ucrania se vivía el primer día de tregua a los ataques contra instalaciones energéticas entre rusos y ucranianos. Sin embargo, poco ha durado el cese de estos ataques. Ambos países se han acusado de violar el acuerdo pocas horas después de que entrara en vigor. Y en medio de los escollos por seguir avanzando en las negociaciones que siguen produciéndose en Arabia Saudí, en las que se pretende poner fin a las hostilidades en el mar Negro. Siempre y cuando se cumpla la exigencia rusa de levantar las sanciones agrícolas occidentales.
«Pese a las declaraciones públicas de Zelenski (…), el régimen de Kiev continúa sus ataques contra la infraestructura energética de Rusia», señala este miércoles un comunicado del Ministerio de Defensa de Rusia. Según el escrito, las defensas antiaéreas rusas derribaron la pasada noche dos drones ucranianos que tenían como objetivo un depósito subterráneo de gas en la costa de la anexionada península de Crimea. Además, otros dos ataques contra las instalaciones de la filial de la principal compañía distribuidora de electricidad rusa, Rosseti Tsentr, dejaron sin luz a miles de personas en las regiones fronterizas de Kursk y Briansk.
«Las declaraciones del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa sobre la supuesta violación por parte de Ucrania de las condiciones del alto el fuego sobre las infraestructuras energéticas no responden a la realidad», señala un comunicado del Estado Mayor ucraniano. La nota añade que la noche pasada las Fuerzas Armadas ucranianas «no atacaron con drones infraestructuras en las regiones de Kursk y Briansk» ni «en el territorio de la Crimea temporalmente ocupada por los rusos». Por tanto, acusan a Moscú de «difundir acusaciones falsas e infundadas para prolongar la guerra, continuar su propaganda mentirosa y los intentos de engañar al mundo característicos de Rusia».
En este sentido, el asesor presidencial ucraniano, Dmitró Litvi, ha querido dejar claro que, pese a que el Kremlin supuestamente pidió a su Ejército hace una semana no atacar instalaciones energéticas (cuando Trump y Putin lo acordaron telefónicamente) esto no se ha cumplido y hasta en ocho ocasiones se ha bombardeado este tipo de infraestructuras. «La realidad es que desde el 18 de marzo han golpeado nuestras infraestructuras energéticas con bombas, con drones y con drones de visión remota. No entraremos en los detalles, pero ha habido ya ocho impactos confirmados en nuestras infraestructuras energéticas», escribió el asesor de Zelenski.
Lo cierto es que los pormenores de la tregua han provocado que sea más frágil de lo deseado. Mientras Rusia asegura que los 30 días de alto el fuego, que pueden ser prorrogables, comenzaron el día 18 de marzo, Ucrania niega haberlo aceptado ese día y no pone duración exacta de la tregua. Además, asegura que el cese de los ataques también se debería circunscribir al mar Negro, algo que pareció que se había acordado este martes pero que Moscú ha insistido en que no aceptará hasta que se retiren las sanciones agrícolas occidentales. Por el momento, las conversaciones con Estados Unidos siguen, aunque el secretario de Estado, Marco Rubio, ha vuelto a recordar que «el fin de la guerra no será sencilla y llevará tiempo».