Publicado: septiembre 7, 2025, 4:00 pm
Se puede calcular con exactitud cuándo habrá un eclipse: basta con hacer cálculos de matemáticas, órbitas y relojes. Lo que ninguna fórmula garantiza es dónde tocará la lotería de la visibilidad ni las condiciones del cielo. Este domingo, 7 de septiembre de 2025 , marcado en los calendarios hace mucho tiempo como el día de un eclipse lunar total, esa suerte (a priori) cayó sobre las Islas Baleares. Pero ahí acabó la suerte. Los cielos nublados no permitieron disfrutar del espectáculo de la esperada Luna de sangre, que tampoco se dejó ver en otros enclaves de España. Las Islas Baleares no eran el único punto desafortunado del planeta. Este eclipse total era visible a lo largo de una franja que atravesó Europa, África, Oriente Medio y gran parte de Asia occidental y central, aunque las nubes estuvieron presentes en casi todas las citas. Algo más de suerte tuvieron en la Península Arábiga, que consiguieron captar el eclipse, al menos de forma parcial. No obstante, cientos de aficionados intentaron por todo el mundo capturar el momento, que no se repetirá en nuestro país hasta diciembre de 2028. «No pierdo la fe», decía Toni Cladera, astrofotógrafo y cofundador de Photopills durante la quedada frente al faro Favaritx, donde se reunieron una treintena de personas para intentar fotografiar el evento. «Pero desde el sofá no se hacen las fotos». Un eclipse de Luna ocurre cuando la Tierra se coloca exactamente entre el Sol y nuestro satélite natural. Su sombra cubre progresivamente la superficie lunar. Pero no se apaga del todo: la luz solar atraviesa la atmósfera terrestre, que filtra las longitudes de onda más cortas y deja pasar los tonos rojizos y anaranjados. Son esas tonalidades, refractadas y suavizadas, las que pintan a la Luna con el color de la sangre. La intensidad del rojo varía según la cantidad de polvo, humedad o contaminación en la atmósfera. Aún así, todos los aficionados esperan con ansia el trío de eclipses solares que tendrá lugar en 2026, 2027 y 2028. Entonces las condiciones del cielo como la nubosidad no serán tan decisivas, ya que el brillo de nuestra estrella será más difícil de eclipsar que el de la tenue Luna..