Publicado: abril 15, 2025, 10:00 am
El consumo de conservas de pescado y moluscos en España ronda los cuatro kilogramos por persona y año, según datos de Statista. Aunque no se trata de la prioridad en cuanto a consumo de este alimento tan recomendable, lo cierto es que echamos mano de las latas de conserva con mucha facilidad, sin pensar que por regla general están envueltas en aceites, y añaden gran cantidad de sal para su conservación. Aún así, no se trata de demonizar las conservas, solo de equilibrar su consumo.
El pescado siempre va a situarse en la cima de los alimentos saludables que podemos y debemos incorporar a nuestra dieta, muy por delante de la carne según la gran mayoría de nutricionistas. Sin embargo, no podemos circunscribir el consumo de este producto saludable a las latas de conserva, según explica el nutricionista Luis Zamora en su espacio del programa Atrévete Dial, en Cadena Dial.
Pescado en lata: sí, pero sin abusar
Tomar pescado en conserva es un gesto, en principio, saludable, puesto que el consumo de este alimento proporciona una buena dosis de proteínas de calidad. Es cómodo, y nos asegura cierto aporte de un producto imprescindible en la dieta mediterránea. Sin embargo, el error que podemos cometer es abusar de ello, puesto que resulta muy cómodo abrir una lata y pensar que ya tenemos cubiertas ese tipo de necesidades nutricionales.
«Sin duda es más saludable comer pescado que carne, pero no podemos asegurarnos al ingesta de pescado recomendada solamente a base de latas, que es lo que le sucede a muchas personas», ha comenzado explicando Zamora. Consumir pescado no sólo es recomendable, sino también imprescindible para protegernos contra un buen número de enfermedades cardiovasculares (por su contenido en ácidos grasos omega-3, entre otras cosas), diabetes tipo 2, y algunos tipos de cáncer.
A pesar de que el pescado es muy beneficioso para la salud, no podemos considerar que ya cubrimos esa necesidad abriendo cada día una lata de atún o caballa, porque estaremos poniendo el foco solamente en los pescados azules, que son los que suelen venir enlatados, y desequilibrando el aporte nutricional si obviamos el pescado blanco, igualmente necesario.
Pescado azul vs pescado blanco: el tándem perfecto
Como explica el nutricionista, «la mayoría de las conservas son de pescados azules, pero hay que tomar también pescados blancos, que tienen que comprarse frescos y no están enlatados». Los beneficios del pescado fresco «siempre van a ser mayores que en lata, por el contenido en sal, por ejemplo, que funciona como conservante».
Mientras el pescado azul aporta ácidos grasos omega-3, cardiosaludbales, el blanco es fuente de proteínas de alta calidad y minerales como el yodo o el fósforo. Además, contiene un buen número de vitaminas del grupo B, esenciales para fortalecer el sistema inmunitario, entre otros. Además, este tipo de pescados son buenos para los planes de pérdida de peso por su bajo contenido en grasa.
Así pues, si consumimos conservas de pescado, que sean de calidad, siempre al natural (mucho mejor que bañadas en aceite) y bajas en sal, alternándolas durante la semana con pescados blancos frescos, la única manera de equilibrar las proteínas de calidad que ambos productos ofrecen al organismo.