Los equipos de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) han abandonado definitivamente este miércoles la sede de la organización en Jerusalén Este, después de vaciarla, según ha confirmado a Efe Jonathan Fowler, portavoz de la organización, ante la entrada en vigor del veto de Israel a su labor en el paÃs.
«Nuestros visados expiraron hoy, que es por lo que todos nos hemos ido. Protestando», ha explicado Fowler. A falta de visados, los trabajadores internacionales de la organización han tenido que abandonar Israel (muchos han sido trasladados a Amán, Jordania), mientras que los locales no acudirán al recinto.
A primera hora del jueves está previsto que radicales israelÃes encabezados por el vicealcalde de Jerusalén, Arieh King, se reúnan ante la sede de la Unrwa, localizada en el barrio palestino de Sheikh Jarrah, para «celebrar» su clausura.
«Preparen los trajes, el dÃa del juicio final de la Unrwa ha llegado y mañana esta organización nazi hostil se convertirá en un objetivo para la PolicÃa y el municipio de Jerusalén», ha escrito King en la red social X, convocando un «brindis» frente al recinto a las 11.00 hora local (9.00 GMT).
Ahora, la Unrwa expresa su preocupación por si el estatus diplomático del recinto, que mañana ya estará completamente vacÃo, se verá vulnerado por las autoridades o los radicales.
La Knéset (Parlamento israelÃ) vetó por ley en octubre las actividades de esta agencia, tras alegar que una docena de sus 33.000 empleados participaron en los ataques de Hamás, y aprobó una polÃtica de ‘no contacto’ con cualquier entidad gubernamental. Ello, pese a la inmunidad legal que protege a la Unrwa según la Carta de las Naciones Unidas (de la que Israel es signatario).
Aunque la ley solo les prohÃbe operar en suelo israelÃ, en la práctica, la ‘polÃtica de no contacto’ con funcionarios gubernamentales impide la concesión de visados y tarjetas diplomáticas, asà como poder coordinar con el Ejército israelà el cruce de personal en puestos de control y el acceso de mercancÃas a una Cisjordania y Gaza ocupadas.
La sede la UNRWA en Jerusalén Este, costado ocupado y anexionado de forma unilateral por Israel, cobijaba ya apenas a un centenar de trabajadores, después de que Israel no facilitara, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, a 400 empleados palestinos el permiso necesario para cruzar los puestos de control militares que separan Jerusalén de sus lugares de residencia en Cisjordania ocupada.
Entre los planes de Israel se encuentra construir un bloque de 1.400 viviendas para israelÃes en este terreno que pretenden confiscar, según ha expresado públicamente en varias ocasiones la Autoridad de Tierras de Israel (ILA).
Debido a la polÃtica de ‘no contacto’, la UNRWA tiene muy difÃcil continuar sus servicios en Cisjordania, pero también la entrada de miles de camiones con ayuda humanitaria en la Franja (donde hasta ahora alimentaban a un millón de gazatÃes), y cuyo movimiento debe ser coordinado en antelación el Ejército israelÃ.