Publicado: marzo 29, 2025, 8:30 am
Conocidos como perfumes de equivalencia o como «dupes» (o duplicados), se trata de fragancias muy parecidas a otras, pero más económicas. Un fenómeno que no hace más que crecer, moviéndose en la zona gris de lo alegal o, incluso, ilegal, si se alude al original como gancho para la compra. «Un perfume no puede protegerse como un libro o una canción porque carece de formas identificables; es algo abstracto», señala Francis Kurkdjian. Una amenaza para una industria que en España supone casi el 1 % del PIB. Leer