Publicado: diciembre 10, 2025, 2:00 am
Las redes sociales han llegado a nuestra vida para revolucionarla por completo, en algunos casos de manera positiva, pero esto no siempre es así y esto es algo que hay que tener en cuenta porque en España, redes sociales como TikTok ya alcanzan los 23,4 millones de usuarios.
Esto comienza a causar cierta preocupación, porque cada vez somos más conscientes de los efectos que pueden tener las redes si no usan de manera adecuada, sobre todo a nivel psicológico, pero ¿puede tener efectos sobre el cerebro si se consume de manera compulsiva?
Los efectos de consumir TikTok de manera compulsiva
Cada vez es más frecuente compartir la sensación de que la capacidad de concentración es cada vez menor, parece ser algo habitual sentir que pasados pocos segundos se pierde el interés y los todo lo que dure más de ese tiempo se hace largo. Esta es una cuestión que parece estar directamente relacionada con esta red social y con sus vídeos cortos, apenas unos segundos que recogen un baile, una broma o un momento absurdo y que saben captar la atención de su audiencia.
Un contenido que hace que nuestro cerebro libere dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer, la motivación y los circuitos de recompensa, y que actúa como refuerzo, invitándonos a deslizar para poder obtener un poco más, a repetir conductas que nos proporcionen ese sentimiento positivo de placer. En los adolescentes, este mecanismo es especialmente sensible, porque el cerebro se está desarrollando, por lo que esto podría tener consecuencias, pero no son los únicos. Consumir de manera compulsiva estos vídeos cortos, tanto en TikTok como en otras redes sociales, como Instagram, no es inofensivo.
Así parece determinarlo un informe de la American Psychological Association, donde han querido analizar si este tipo de contenidos no solo afecta a la capacidad de atención, sino también al bienestar emocional. Los resultados parecen apuntar en esta dirección, señalando que consumir una gran cantidad de vídeos cortos disminuye el control atencional y el control inhibitorio.
«La exposición repetida a contenidos altamente estimulantes y de ritmo rápido puede contribuir a la habituación, en la que los usuarios se vuelven insensibles a tareas cognitivas más lentas y que requieren más esfuerzo, como la lectura, la resolución de problemas o el aprendizaje profundo», explica el estudio. El cerebro se acostumbra a recibir estímulos rápidos y constantes, lo que reduce su tolerancia a tareas más lentas, haciendo que sea más complicado concentrarse en tareas prolongadas.
Esta investigación arroja resultados similares a otras anteriores en este sentido, que señalan hacia un posible ‘brain rot’ como resultado, un término popular que se emplea para señalar la pérdida de capacidad mental o intelectual causada con el consumo excesivo de redes sociales. En este caso, los investigadores además señalan que ese uso impulsivo está alimentado por el algoritmo de estas redes, programadas para ofrecer contenidos que fomenten ese uso compulsivo.
Estos problemas se suman a otras cuestiones de salud mental ya relacionadas hace tiempo con las redes sociales, como ansiedad y depresión, peor sueño y problemas de autoestima, aislamiento social y soledad, también a una menor satisfacción con la vida.
Referencias
Walters, J., Paul, S., Ijurco, S. M., & Rainey, G. E. (2025). Feeds, feelings, and focus: A systematic review and meta-analysis examining the cognitive and mental health correlates of short-form video use. Psychological Bulletin, 151(9), 1125-1146. https://doi.org/10.1037/bul0000498
