Publicado: abril 7, 2025, 6:00 am
El pan es uno de los complementos indispensables en un gran número de hogares. Desde el momento en el que se compra y la incapacidad que surge como por arte de magia de llegar a casa la barra entera sin haber cogido, por lo menos, un pellizco, hasta el desayuno del día siguiente, donde no son pocas las personas, por lo menos en España, que optan por tomar un poco de pan tostado. Una tradición que puede ser ideal para tomar de vez en cuando, pero que no se convierte en la mejor de las propuestas, sobre todo si ese pan no lo tostamos nosotros, sino que optamos por una variedad de tipo biscotes, que dura mucho más, pero no siempre es la mejor opción.
En el caso de cortar un pedazo de pan y tostarlo en casa, podemos conseguir que tenga un menor índice glucémico, lo que hace que la glucosa se propague más lentamente por la sangre evitando picos de glucemia, pero corremos el riesgo de pasarnos con el tiempo que lo tenemos en el tostador y acabar quemándolo, lo que tampoco sería demasiado recomendable para la salud. Comer alimentos quemados no es bueno y podría causarnos problemas de salud a largo plazo, además de evitar que podamos disfrutar de nuestro desayuno. Por eso tantas personas optan por comprar el pan ya tostado, sin saber que este debería tomarnos de manera ocasional y no diaria por los efectos que puede tener.
Los efectos de comer pan tostado sobre la salud
Escoger el pan que más beneficios pueda aportar a nuestra salud no es un trabajo sencillo, porque en ocasiones las opciones que nos parecen más prácticas o más fáciles de conseguir no son siempre las más adecuadas. Es lo que sucede con el pan tostado, una opción que nos ahorra el proceso de tener que tostarlo por nuestra cuenta, pero que puede no ser la más saludable, tal y como señalan desde el blog de Quirón Salud.
El proceso de tostado y desecado cambia la textura del pan, haciendo que esté crujiente en lugar de esponjoso, una reducción en la cantidad de agua que contiene que hace que sus nutrientes estén más concentrados, por ejemplo, ante el mismo peso de un pan fresco y uno tostado, este último tendrá más calorías, pero el pan tostado también tiene más azúcares, conservantes y grasa, también una mayor cantidad de sal
Esto hace que no sea lo más indicado si queremos cuidar la cantidad de sal que consumimos, como sucede con las personas con enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, o con enfermedades renales, también en el caso de los niños, que no conviene que tomen sal en exceso. No todo es negativo, porque tanto el pan fresco como el tostado pueden ser beneficiosos para mantener el colesterol bajo control. Lo mejor es revisar bien las etiquetas de estos productos para saber con exactitud lo que comemos, pero también optar por tomar este tipo de pan tostado de manera ocasional en lugar de escogerlos para su consumo habitual. Lo ideal es comprar pan fresco y tostarlo (con moderación) antes de su consumo.
¿Cuál es el pan más saludable?
Existen muchos tipos de pan y todos ellos tienen sus pros y sus contras, pero según Jamie Gnau, instructora clínica de ciencias biomédicas en la Universidad Estatal de Missouri (EE. UU.) en una entrevista para Business Insider, el pan más saludable es el pan integral, así como aquellos que contengan harinas poco refinadas. Este pan es rico en fibra, proteínas, vitaminas, como las del tipo B, y minerales, como el potasio o el magnesio. Como todos los panes, contiene carbohidratos, pero no provoca picos de azúcar en sangre. El siguiente en la lista sería el elaborado con masa madre.
Referencias
Cómo los granos integrales podrían reducir la presión arterial. (s. f.). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/high-blood-pressure/expert-answers/whole-grain-foods/faq-20058417