¿Alguna vez te has preguntado por qué cambia el color de tu moco cuando estás enfermo? Probablemente no sea la primera persona en hacer esta pregunta. En realidad, hay muchas razones por las cuales el moco cambia de color cuando no estás bien. Tanto el color como la consistencia del moco nasal pueden revelar detalles intrigantes sobre tu sistema inmunológico y cómo responde tu cuerpo a las enfermedades. El moco es producido por los tejidos que recubren nuestras fosas nasales. A menudo percibido como una simple molestia, el moco desempeña un papel muy importante. Actúa como una barrera protectora, atrapando polvo, bacterias, virus y otros irritantes, evitando que lleguen a las partes más profundas del sistema respiratorio. Enzimas como la lisozima y la lactoferrina, presentes en el moco nasal, también tienen propiedades antimicrobianas. Estas enzimas descomponen las paredes celulares de las bacterias y ayudan a limitar su crecimiento. Este papel protector convierte al moco en una línea de defensa crítica, incluso cuando estamos saludables. El proceso continuo de producción de moco por los tejidos que recubren nuestras fosas nasales ejemplifica los mecanismos naturales de defensa del cuerpo en acción. Cuando nos enfermamos, el moco cambia: se vuelve más espeso, más abundante y, a veces, colorido. Estos cambios reflejan la respuesta de tu sistema inmunológico. Estos son los colores del moco y lo que dicen sobre tu salud: Este es el estándar de una nariz sana. Está compuesto principalmente de agua, combinado con proteínas, sales y células que mantienen húmedas las fosas nasales y atrapan partículas. Las alergias y las etapas iniciales de una infección viral pueden causar una sobreproducción de moco transparente. Esto también puede ocurrir cuando el cuerpo reacciona a irritantes o patógenos. El moco blanco suele ser un signo de congestión. La inflamación en los tejidos nasales ralentiza el flujo del moco, lo que hace que se espese. Esto generalmente indica el comienzo de una infección, como un resfriado, mientras el sistema inmunológico empieza a movilizarse contra los invasores. El moco amarillo indica que tu sistema inmunológico está combatiendo activamente una infección. Los glóbulos blancos enviados para atacar la infección mueren y liberan enzimas que le dan al moco su color amarillento. Este es un sello distintivo de la respuesta del cuerpo a muchas infecciones virales, como el resfriado común, la gripe y el virus respiratorio sincitial (VRS). El moco verde resulta de una respuesta inmunitaria intensificada. El tinte verde proviene de una enzima llamada mieloperoxidasa, producida por los neutrófilos (un tipo de glóbulo blanco). Esta enzima genera una molécula específica que destruye patógenos. Aunque el moco verde a menudo indica una infección bacteriana, también puede aparecer cuando el cuerpo monta una respuesta inmunitaria robusta frente a patógenos virales agresivos. Un tono rosado o rojizo en el moco significa que hay sangre presente. Esto ocurre con frecuencia cuando los tejidos nasales están irritados, secos o dañados, como después de sonarse la nariz en exceso o de exponerse a aire seco. Pequeñas cantidades de sangre generalmente no son motivo de preocupación. El moco marrón o naranja puede ser el resultado de sangre seca mezclada con moco, o de la inhalación de escombros ambientales como humo o polvo. Aunque típicamente es inofensivo, podría sugerir irritación o inflamación prolongada. El moco negro es raro y puede indicar problemas graves, como una infección fúngica (particularmente en personas inmunocomprometidas) o una alta exposición a contaminantes como hollín o humo de cigarrillo. Esto requiere atención médica. El moco es una parte indispensable de tu sistema inmunológico, protegiendo activamente tu cuerpo al atrapar y neutralizar patógenos dañinos. Los cambios en su color y consistencia ofrecen una visión de tu salud, ayudando a diferenciar entre infecciones virales y bacterianas. También proporciona una perspectiva de los procesos complejos que ocurren mientras tu cuerpo trabaja para mantenerte saludable. La próxima vez que busques un pañuelo, recuerda que el moco no es solo un síntoma de enfermedad: es tu sistema inmunológico en acción. Sus colores y texturas cuentan una historia de resiliencia, reflejando las intrincadas defensas que mantienen tu cuerpo sano y a salvo. Este artículo se publica en The Conversation