Publicado: abril 17, 2025, 12:30 am
¡A la calle!, que ya es hora/
de pasearnos a cuerpo/
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo
Son versos del poema «España en marcha», incluido en el libro Cantos Iberos de Gabriel Celaya, que musicalizó Paco Ibáñez. Son versos que vuelven a invocarse para un llamamiento por Europa, que va a empezar a lanzarse con el propósito de emular en las plazas de todas sus ciudades el ejemplo que Roma nos dio el 15 de marzo. A la calle que ya es hora, la de Europa, para salir en su defensa cuando gravitan sobre su modelo incertidumbres multiplicadas por los enemigos, externos e internos del modelo europeo, que nos ha dado los mejores años de paz y prosperidad vividos en nuestro continente.
No podemos permanecer impasibles, ni tampoco resignados, es llegado el momento de activar deberes ciudadanos irrenunciables que sin excusa nos incumben y de honrar nuestro compromiso leal en favor de un proyecto de vida que compartimos y estamos empeñados en preservar y mejorar.
Este llamamiento pretende que nos sumemos a la celebración del Día de Europa, desplazado al próximo domingo 11 de mayo, manifestándonos en la plaza que se designe a favor de nuestra querida Europa y de los valores en que se sustenta. Porque Europa se hará con sus ciudadanos o no se hará. Europa no puede estar envasada al vacío necesita de nuestro europatriotismo.
Porque ahora que afloran deslealtades acuciantes, necesitamos para darles respuesta una Europa mejor, más unida, más solidaria, más relevante en el área internacional, capaz de defenderse de manera autónoma, después de haber descubierto que los ámbitos de la Defensa no pueden subcontratarse outsourcing, persuadidos de que Europa o exporta y difunda libertades, principios y prosperidades o, de lo contrario, acabaría importando esclavitudes y precariedades ajenas.
Si, como se ha dicho, es en la mente de los hombres donde deben edificarse los baluartes de la paz pero si además queremos sustituir el espíritu de la desconfianza por el de la confianza tendremos que incluir en la educación de los jóvenes la historia de la cultura.
De manera que ¡A la calle! que ya es hora/ de pasearnos a cuerpo/, como reclamaba el poeta, para demostrar que luchamos por algo nuevo y valioso, defendiendo la Unión Europea. Dijo Jean Monnet que si hubiera debido iniciar de nuevo sus tareas de construcción de la Unión Europea, habría empezado por la Cultura en vez de por el carbón y el acero.
En esa misma línea se expresaba Salvador de Madariaga en el Congreso del Movimiento Europeo en La Haya en 1948 cuando decía que esta Europa tiene que nacer y nacerá cuando los españoles digan «nuestro Chartes» y los ingleses «nuestra Cracovia» y los italianos «nuestra Copenhague» y cuando los alemanes digan «nuestra Brujas».
Se rata de reunir de manera visible a todas las múltiples fuerzas que hoy trabajan de un modo inconsciente por la unidad de Europa, de impulsar una política agitadora y demostrativa a su favor porque sabemos que la masa siente su cohesión con más júbilo allí donde se hace más visible .