Publicado: marzo 14, 2025, 12:30 am
Las cosas no están saliendo como Meghan Markle y Netflix esperaban. Su recién estrenado programa que mezcla recetas de cocina, trabajos de jardinería, consejos para recibir en casa y charlas con amigos muestran un acartonado estilo de vida, que poco interés despierta en los espectadores.
Recolectar miel, fabricar velas, preparar sales de baño y cocinar espaguetis en compañía de su maquillador en una casa que ni siquiera es la suya, no acaba de convencer ni de entretener, que es lo menos que se puede pedir a una serie de estas características.
Meghan, que ahora ya no quiere llamarse Markle sino Sussex, como le quiso dejar claro a una invitada a su segundo programa, interesa como su marido el príncipe Harry, cuando hablan de la familia real británica, que son los que importan. Buena prueba de ello fue el impacto que tuvieron las controvertidas memorias del hijo menor del rey Carlos y la extraordinaria repercusión de la entrevista que ambos mantuvieron con Oprah Winfrey, que acabó cerrándoles definitivamente las puertas de la familia.
Han trascurrido cinco años y desde entonces la vida de la pareja en la soleada California ha transcurrido en una relativa calma, y sus diferentes intentos de volver al primer plano no han tenido mucha repercusión.
Cuentan con el respaldo económico del multimillonario acuerdo que firmaron con Netflix por cinco años, que hasta ahora solo se ha traducido en un documental sobre polo en el que Harry aparece como productor y el programa de Meghan, que no está respondiendo a las expectativas de la plataforma y ha recibido críticas muy negativas. Se emitirán los capítulos grabados, pero el futuro no está nada claro.
