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Lecornu no, Lecornu sí: así fueron las horas surrealistas que ahondan en la crisis política de Francia

Publicado: octubre 7, 2025, 4:30 am

Francia parece haberse convertido en todo lo que no tiene que ser un país a nivel político y lo sucedido en los últimos dos días lo confirma: Sebastien Lecornu iba a ser nuevo primer ministro con otro Gobierno centrista que presentó el domingo, y entonces llegaron las primeras críticas. El lunes por la mañana, de hecho, presentó su dimisión por «incapacidad» para formar un acuerdo amplio y Emmanuel Macron la aceptó, pero horas después le pidió un nuevo intento de formar el cuarto Ejecutivo en poco más de un año… aunque él no lo lidere.

El presidente galo insiste en la vía ‘de centro’ con una Asamblea Nacional sin mayorías, la oposición rebelada y una izquierda que pide espacio a gritos porque, en realidad, es el lado ideológico que tiene mayoría en el Parlamento. Mientras, se suceden las mociones de censura y el Elíseo agotará, parece que ahora ya sí, la última bala antes de convocar, si no hay pacto, unas nuevas elecciones legislativas para las que la derecha radical es claramente favorita según las encuestas.

Esta es la breve cronología de un nuevo capítulo en el caos político francés:

Un nuevo Gobierno… que ya nació tocado

El domingo 5 de octubre Sebastien Lecornu, elegido primer ministro por Macron a mediados de septiembre para reemplazar a François Bayrou, presentó un Gobierno continuista al que reclamó «buscar acuerdos» para desatascar la crisis antes de finales de año. «Estos ministros tendrán la difícil misión de elaborar un presupuesto para el país antes del 31 de diciembre y servir a Francia. Lo han aceptado sabiendo que tendrán que llegar a acuerdos con nuestra oposición«, sostuvo en la presentación del nuevo gabinete, al tiempo que reconocía la ausencia de «sorpresas».

Ese inmovilismo con lo que ya había salido mal fue precisamente lo que hizo que el Ejecutivo Lecornu 1.0 naciera ya tocado. «La elección de este Gobierno idéntico, aderezado con el hombre que llevó a Francia a la bancarrota, es patética», dijo por ejemplo Marine Le Pen. Mucho ‘macronista’ y poca presencia de su gran aliado, los Republicanos. «Pierden las elecciones, pero gobiernan. No tienen mayoría, pero se niegan a llegar a acuerdos. Son derrocados, pero permanecen en sus puestos. ¿A qué juegan los macronistas? Su obstinación sumerge cada día un poco más al país en el caos», añadió por su parte Boris Vallaud, presidente del bloque socialista en la Asamblea Nacional.

Lecornu dimite y echa la culpa a los partidos

Esa foto era ya un aviso de lo que se venía y el lunes por la mañana Sebastien Lecornu presentó su dimisión ante Macron: el primer ministro más breve de la historia de Francia, con menos de un mes en el cargo. «Ser primer ministro es una tarea difícil. Probablemente aún más difícil en este momento. Pero no se puede ser primer ministro cuando se dan las condiciones«, expuso. «Sin embargo, durante tres semanas he luchado por intentar crear las condiciones que nos permitieran aprobar un presupuesto para Francia», a pesar de los bloqueos, dijo, que han existido. Así, añadió que fue durante las conversaciones con los grupos parlamentarios cuando decidió dar el paso de renunciar. «Tenía la sensación de que retrocedíamos en vez de avanzar», sentenció en su mensaje.

«Los partidos políticos siguen comportándose como si todos tuviesen mayoría absoluta en la Asamblea Nacional», señaló el también exministro de Defensa, subrayando que ningún grupo puede aspirar a imponer su programa político «íntegro» sin realizar al menos una concesión a las demás fuerzas. En esa línea, reconoció que incluso la conformación de su gabinete «no fue fluido» y ha aludido, sin mencionar nombres, a «ambiciones partidistas» que, según ha dicho, están ligadas a la «futura» elección presidencial. «Siempre hay que anteponer el país frente al partido», reclamó en ese discurso, en el que, sin embargo, no puso sobre la mesa ninguna propuesta concreta para afrontar la crisis política que se ha vuelto perenne en el país.

La soledad de Macron

Todas las miradas se volvieron a posar entonces en Emmanuel Macron, al que se le vio paseando solo por las calles de París buscando una solución que no tiene precedentes, y que a la vez denota inmovilismo. «El principio mismo de construir un compromiso entre partidos políticos es poder combinar líneas verdes y tener en cuenta un cierto número de líneas rojas, pero no podemos estar en ambos extremos, y algunos partidos políticos de la oposición lo han entendido, y me gustaría agradecérselo ahora», había dicho Lecornu en otra parte de su discurso; y a esa pequeña ventana se agarró el inquilino del Elíseo.

Una segunda oportunidad a regañadientes

Y por eso le puso delante una segunda oportunidad que el dimisionario aceptó no sin remilgos: tiene hasta el miércoles para buscar una salida con un acuerdo amplio y un nuevo Gobierno que él no va a liderar, parece. «Acepto el encargo del presidente de abordar las últimas negociaciones con las fuerzas políticas por la estabilidad del país«, aseguró en redes sociales el primer ministro en funciones. Ahora tiene el encargo de «definir una plataforma de acción y de estabilidad para el país», explicaron desde la oficina del presidente.

Concluido el plazo, la decisión volverá a recaer sobre el Palacio del Elíseo, desde donde, según expresó Lecornu, «se extraerán las conclusiones necesarias». Diversos medios señalaron que el ministro habría solicitado a Macron no continuar en su puesto, un gesto que añade incertidumbre a un panorama ya de por sí enrevesado. La extensión del proceso, algo que no había pasado nunca en el país, cogió además por sorpresa a todas las formaciones políticas, que habían empezado a planificar sus próximos pasos con la mirada puesta incluso en unos nuevos comicios legislativos.

La oposición monta en cólera

Con todo, la oposición ha salido en tromba a navegar el caos. «En este momento, el jefe del Estado tiene dos caminos posibles: la dimisión o la disolución. La dimisión es una cuestión de conciencia, de sentido de Estado, y nada más», explicó la líder de la derecha radical, Marine Le Pen. Cree la líder de Agrupación Nacional que la situación con Lecornu «ha demostrado finalmente con el ejemplo que de la actual Asamblea Nacional no puede surgir una mayoría alternativa». Asimismo, avisó de que los suyos presentarán «mociones de censura» contra el Gobierno que salga este miércoles, sea como sea.

Por su parte, la Francia Insumisa ha apuntado directamente a Macron y ha presentado una moción de censura contra él, la cual se registrará precisamente el miércoles. Manuel Bompard, portavoz de la formación, ha sido muy rotundo al respecto: «Emmanuel Macron es responsable del caos político. Debe irse. Por lo tanto, cada partido político de la Asamblea tendrá que asumir su responsabilidad a partir de la mañana del miércoles si permite que Emmanuel Macron continúe destruyendo el país».

Quienes no cambian su mensaje son los socialistas, que piden al presidente que nombre a un primer ministro de su partido o de los ecologistas. El secretario general socialista, Pierre Jouvet, ha defendido «el nombramiento de un primer ministro de izquierda y de los Verdes» para dar un giro a la realidad política de Francia. «Los macronistas son los únicos responsables, junto con los Republicanos, que se negaron a participar en el gobierno por razones oportunistas», sentenció.

Y por último, precisamente los Republicanos han dejado claro que no están por la labor de ‘abrazar’ la opción de Lecornu. El líder de los conservadores y ministro del Interior en funciones del Gobierno de Francia, Bruno Retailleau, ha acusado a Sebástian Lecornu de «ocultarle» que entre los miembros del nuevo gabinete figuraba Bruno Le Maire, responsable de la cartera de Economía durante siete años en un movimiento que tachan de «ocultamiento» y de motivo de peso para romper. «No me puedo implicar en un Gobierno en el que no se me cuenta todo», terminó Retailleau.

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