Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Laura Barquero rompe un silencio de tres años y clama por su «injusta» sanción

Publicado: febrero 18, 2025, 1:05 pm

Pocos días después de que se conociera la sanción a la carta de tres meses a Jannik Sinner por su positivo por clostebol, la patinadora Laura Barquero (23 años) ha roto un silencio de tres años para denunciar su «injusto y desproporcionado» tras serle descubierta esa misma sustancia durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022. Lo ha hecho en una entrevista al medio especializado ‘Hielo Español’ , en la que relata un largo proceso que finalizó en octubre del año pasado, después de que pactase con la Agencia Mundial Antidopaje una sanción de seis años, hasta febrero de 2028, que la ha alejado, quién sabe si para siempre, de su deporte y su pasión. En la entrevista, Barquero relata con detalle el origen de su desdicha, que en muchos pasajes recuerda a lo que contó Sinner para explicar el modo en el que el clostebol llegó a su cuerpo (a través de un masaje dado por su fisioterapeuta, que previamente se había aplicado una crema con ese producto dopante para curar una herida). «A mí la crema me la había dejado una compañera meses antes en un stage por si la necesitaba para una herida que tenía», asegura la patinadora. «Me lo entregó sin caja, ni prospecto y jamás la utilicé. Al llegar a mi casa en Bérgamo, la metí en un cajón junto con otras cremas y medicamentos y me olvidé de ella. Lamentablemente y, como supimos después, el tubo contenía restos por su parte exterior y acabó manchando otros productos que metí en el neceser a que llevé los Juegos. De esta forma, estuve expuesta continuamente por vía transdérmica a la contaminación con esta sustancia sin saberlo». El positivo le fue comunicado nada más aterrizar en España, y comenzó la batalla legal por demostrar que la exposición al clostebol había sido accidental. Igual que Sinner . Barquero recibió un año de sanción por parte de la Cámara Antidopaje del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que consideró su actitud de «negligente». Al igual que en el caso del tenista italiano, la Agencia Mundial Antidopaje recurrió. Con Sinner, ya es sabido, hubo pacto. Tres meses de suspensión a sumar al castigo impuesto en primera instancia, pero sin riesgo de perderse ningún Grand Slam. Con Barquero no hubo esa opción. La española retomó los entrenamientos dos meses antes de cumplir la sanción de un año mientras esperaba el recurso de la AMA, pero a los pocos días de volver a patinar volvió a dar positivo por clostebol. «No puedo dar mucha más información del segundo positivo porque no la tengo. Había tomado todas las precauciones, cambié mi rutina para evitar cualquier riesgo. Prácticamente vivía en una urna de cristal… No podía ser posible», relata Barquero, que se vio envuelta en un nuevo proceso legal aún más complicado. Pasaba a ser reincidente, expuesta por lo que la sanción podía haberse ido hasta los ocho años pese a que los estudios científicos volvieron a demostrar que no había habido uso y que había sido una contaminación. «Por la necesidad de dar fin a este proceso y retomar mi vida me veo obligada a aceptar un acuerdo de seis años basado en unas normas que son desproporcionadas e injustas. Es una sanción desmedida que ha supuesto el fin de mi carrera deportiva pero también un ejemplo claro de los fallos del sistema».

Related Articles