Publicado: febrero 22, 2025, 3:15 am
Quizá no haya tenido la repercusión que están teniendo otros juicios más sonados, como el del príncipe Harry contra la prensa sensacionalista británica o el que enfrentará próximamente Puff Diddy, pero el dato estaba ahí: el proceso contra A$AP Rocky, esposo de Rihanna y padre de los dos hijos de la artista, RZA y Riot, podía haber acabado con la familia completamente rota si era hallado culpable, dado que la máxima pena a la que se enfrentaba era de 24 años de prisión.
Finalmente, el rapero ha quedado absuelto de los cargos tras apenas tres horas de deliberación del jurado, lo que da a entender que han tenido bastante claro su veredicto, pero ello no es óbice para repasar estas tres semanas de litigio, que perfectamente se pueden imaginar en un futuro como parte de una miniserie, un documental o un biopic de los artistas.
Los hechos se han producido dentro de un tribunal de Los Ángeles en el que estaban reunidos todos los protagonistas, desde el músico de 36 años —cuyo verdadero nombre es Rakim Athelaston Mayers— acompañado de su mujer y sus dos pequeños, hasta abogados experimentados en juicios con estrellas, dado que habían estado presentes en las causas concernientes a Donald Trump o Johnny Depp. Sin embargo, los protagonistas, a fin de cuentas, eran dos amigos de la infancia.
Los cargos criminales contra A$AP Rocky eran de agresión con arma de fuego semiautomática. La denuncia se había producido tras un incidente en noviembre de 2021, cuando el también modelo e icono del barrio de Harlem fue acusado de haber disparado contra Terell Ephron, más conocido como A$AP Relli, el demandante, un excompañero de su antiguo colectivo de hip-hop, producción musical y moda, precisamente formado en el famoso distrito neoyorquino en 2006, y cuyo nombre no era otro que A$AP (Always Strive and Prosper) Mob.
Aunque Rocky y Relli eran amigos del instituto, huelga decir que solo uno de ellos alcanzó la fama mundial. Aun así, el jurado tenía que deliberar principalmente sobre si el arma utilizada en la disputa era verdaderamente una pistola semiautomática o una de utilería. Es decir, de fogueo, como las que se usan en los rodajes de videoclips. Y, lo más curioso, es que ninguna pistola se presentó como prueba en el juicio. Además, es importante señalar que Rocky no ha llegado a subir al estrado para responder ninguna pregunta.
Pero era parte de su estrategia. Al cabo, el rapero, arrestado en abril de 2022 en un aeropuerto de Los Ángeles cuando regresaba de un viaje con Rihanna, se había declarado inocente y había rechazado un acuerdo de culpabilidad, seguro de su victoria pero exponiéndose a la pena antes citada. Y eso que se le acumulan los proyectos: es uno de los platos fuertes del festival Rolling Loud en marzo, ha sido anunciado como uno de los anfitriones famosos de la MET Gala de mayo y en verano se estrena la película que ha rodado con Denzel Washington y dirigida por Spike Lee.
Por ello eran tan importantes los testimonios de los testigos. Según Relli, todo había empezado con una promesa incumplida por Rocky al no sufragar los gastos de traslado del cuerpo de un amigo en común que acababa de fallecer a La Gran Manzana. Por ello, acordaron reunirse para limar asperezas la noche del 6 de noviembre de 2021. Relli declaró que Rocky llegó al parking del hotel W de Hollywood con dos hombres, A$AP Twelvyy y A$AP Illz.
Tras un primer encontronazo, Relli afirma que el demandado sacó la pistola y él se escondió detrás de Illz, pero que aun así disparó y la bala le rozó los nudillos de la mano derecha. Para apoyar esta versión, el equipo legal presentó un video de una cámara vigilancia en el que se veía a Rocky empuñando una pistola antes del tiroteo. «Todo fue como en una película: apuntó hacia abajo y efectuó el disparo», declaró.
Pero según Twelvyy y otro testigo de la defensa, la pistola era de fogueo y Relli lo sabía, así como que Rocky solo había sacado el arma para defender a Illz de ser agredido físicamente por Relli, quien posteriormente habría exagerado los hechos para extorsionar a su examigo de la infancia y ahora exitoso productor y músico para conseguir daños y perjuicios en otro juicio civil por difamación.
A todo ello hay que sumar que los abogados de Relli eran Ben Chew y Camille Vasquez, los mismos que Johnny Depp durante el juicio por difamación que le enfrentó a su exmujer, Amber Heard, mientras que el de Rcoky era Joe Tacopina, entre cuyos clientes famosos está el ahora presidente de Estados Unidos. Fue de hecho Tacopina quien puso de los nervios a Relli en un contrainterrogatorio en el que le acusó de no decir la verdad.
Para ello, mostró su perfil de Instagram y le pidió al demandante que señalara las amenazas de muerte que había recibido. Hasta el juez Mark S. Arnold le tuvo que pedir a Relli que se tranquilizase y bebiese agua. «Yo no soy quien está siendo juzgado. Llevo aquí cinco días lidiando con este hombre. Cinco días pareciendo un tonto», afirmó Relli. Tacopina, en su alegato final, le acusó de ser «una máquina de perjurar». «Este es un hombre cuya lengua no conoce la verdad. Los datos más importantes que os ha proporcionado han resultado ser mentira», dijo.
A todo ello hay que añadir los papeles del fiscal adjunto Paul Przelomiec, que centró la cuestión en si la pistola era de verdad o de mentira, así como en el poder que ejercen en la industria Rocky y su pareja, Rihanna, afirmando que «tienen el poder suficiente para anular a figuras más pequeñas en caso de querer hacerlo», y Thomas Zizzo, sargento de la policía de Los Ángeles —e hijo de otra famosa socialité norteamericana, Erika Jayne, de The Real Housewives of Beverly Hills—, quien fue una de las primeras autoridades en llegar al lugar de los hechos.
Explicó que era muy difícil determinar si se había producido un delito por los testimonios que recogió, así como que la policía no pudo encontrar pruebas de que se hubiera disparado un arma en el lugar del incidente, algo que Relli intentó subsanar afirmando que volvió a la zona esa misma noche y recuperó dos casquillos de 9 milímetros, que no se presentaron como prueba. Que no hubiese ni arma ni casquillos fue, en definitiva, concluyente.
Nada perturbó, por ello, al jurado. Ni siquiera la presencia intermitente de Rihanna —»Rocky no la quería aquí. Quería protegerla de todo esto. Pero nada hubiera podido mantenerla alejada», esgrimió Tacopina ante la insistencia de los fiscales de que podía distraer la atención—. Rocky ha quedado absuelto de los cargos aunque haya perdido una amistad. «Sé que me odias. Yo también te odio a ti», le escribió por mensaje el rapero al que fuera su gran amigo poco después del incidente.
A este antiguo gran amigo, Relli, todavía le queda, irónicamente, una bala: la demanda civil. Pero Tacopina lo tiene claro: «Nos demandó y, después de lo ocurrido hoy, no creo que eso le vaya a ir mucho mejor».