Publicado: marzo 17, 2025, 6:16 am
Las infraestructuras digitales se han convertido en estratégicas por el papel que juegan en un mundo cada vez más automatizado. La conectividad digital constituye un factor clave para el desarrollo de la actividad económica, para el aumento de la productividad, el impulso a la innovación y la vertebración territorial y social. Invertir en infraestructura digital supone mejorar la calidad de la educación, el empleo y la salud así como generar un impacto positivo en el medio ambiente. Entre dichas infraestructuras están los centros de datos, claves para enviar, almacenar e interconectar la información. La demanda de centros de datos en España va a aumentar un 90% hasta 2028 impulsada por la digitalización, el consumo de servicios en la nube y la adopción de tecnologías emergentes, según indica el «Informe Estudio de la Demanda e Impacto de los Data Centers en España», realizado por Spain DC (la Asociación Española de Data Centers) en colaboración con Accenture, presentado esta misma semana. España pasará de una demanda de datos de 1.589 exabytes con las que ha cerrado 2024 a 3.028 exabytes en 2028, lo que representa un crecimiento anual sostenido entorno al 20% durante los próximos cuatro años. «Invertir en el desarrollo de centros de datos en España no es solo una cuestión de infraestructura; es una apuesta por el futuro. Estas instalaciones representan una oportunidad para cerrar la brecha con Europa, garantizar la competitividad de nuestras empresas y consolidar a España como un actor relevante en la economía digital global», afirma Robert Assink, vicepresidente de Spain DC. Tiene claro que si no fortalecemos nuestra interconexión de infraestructuras «corremos el riesgo de quedarnos rezagados en un mundo donde la innovación y el crecimiento dependen cada vez más de la capacidad de procesar y distribuir información de manera eficiente». A pesar de estas previsiones de crecimiento, el informe indica España ha perdido posiciones con respecto al conjunto de Europa. Mientras que en 2018 representaba el 4,3% del volumen total de datos en el continente, el crecimiento registrado entre 2018 y 2023 no ha conseguido mantener ese nivel. Para salvar la brecha que existe con Europa, España necesitaría llegar a un crecimiento anual promedio de volumetría de datos demandada del 22,5% hasta 2028, lo que implicaría un incremento del 2,2% adicional al ritmo actual. De esta forma podría estabilizar su participación relativa en el volumen total de datos de Europa y asegurar una proporción constante y competitiva. El documento habla de la necesidad de un esfuerzo significativo en términos de inversión en infraestructura digital, adopción de tecnologías avanzadas e incremento de redes de distribución eléctrica. Y de esta forma el país podría responder a las demandas crecientes del mercado europeo y global, manteniendo su competitividad en un entorno digital en rápida expansión. Tal y como indica Manuel López Ordoñez, managing director y responsable de Cloud e Infraestructura en Accenture en España, «España se encuentra en una posición apropiada para convertirse en un actor principal en el desarrollo de centros de datos. Factores como el bajo coste del suelo, la competitividad en los precios de la energía renovable, una robusta red de fibra óptica y su ubicación geográfica estratégica, son claves para atraer inversiones en este sector». No obstante, para que estos factores se materialicen en una verdadera oportunidad para impulsar la innovación y la soberanía digital, «es necesario que las empresas e instituciones adopten rápidamente estas tecnologías», añade. Y habla igualmente de la necesidad de un marco regulatorio que facilite la rápida puesta en marcha de nuevos proyectos y el desarrollo del talento digital necesario para sostener este crecimiento. Las redes 5G ya están ampliamente desplegadas a nivel mundial, ofreciendo velocidades más rápidas (hasta 500 Mbps en condiciones reales), menor latencia y mayor capacidad en comparación con 4G. «La mayoría de los operadores están en proceso de transición de 5G NSA (Non-Standalone) a 5G SA (Standalone) (el ‘auténtico’ 5G, con la RAN 5G conectada al núcleo de red 5G)», explica Ignacio Berberana, Senior Research Engineer en IMDEA Networks. En términos de estandarización, 5G ha iniciado una segunda fase, conocida como 5G Advanced, «que se inicia en la Release 18 de 3GPP y continúa en futuras versiones. Basándose en las bases existentes, 5G Advanced introduce mejoras significativas en rendimiento, eficiencia y versatilidad, como la integración de IA, eficiencia energética, redes no terrestres (NTN) y mejoras en la realidad extendida (XR)», añade. Sin embargo, recuerda que algunos analistas y observadores de la industria consideran que 5G no ha cumplido del todo con las expectativas iniciales: la experiencia del usuario no ha sido radicalmente diferente a la de 4G LTE en muchos casos; la cobertura sigue siendo inconsistente, especialmente en interiores y en implementaciones en bandas milimétricas (superiores a 24 GHz); muchas de las aplicaciones revolucionarias prometidas siguen siendo teóricas o están en fases piloto limitadas. «Y el modelo de negocio para los operadores de red resulta complicado, debido a los altos costes de despliegue y operación. Además, la adopción empresarial de las redes privadas (NPN, Non-Public Networks) ha sido más lenta de lo esperado», indica el investigador. En cuanto a la red 6G, afirma que se encuentra en la fase inicial de investigación, con un desarrollo que apunta a su despliegue después de 2030. «Su objetivo es abordar las demandas futuras que 5G no puede satisfacer por completo», especifica. Hasta ahora, los principales casos de uso identificados para 6G son comunicación inmersiva; comunicación masiva; comunicación hiperconfiable y de baja latencia; conectividad ubicua; IA y comunicación e integración de percepción y comunicación. Ignacio Berberana explica que la investigación en tecnologías para 6G actualmente se centra en bandas de operación en el rango de los terahercios (100 GHz a 3 THz), con mayores tasas de datos y menor latencia. También en «la integración de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (ML) para optimizar el rendimiento de la red, mejorar la eficiencia energética y habilitar aplicaciones avanzadas», resalta. Se está trabajando también en comunicación y percepción conjunta (JCAS o ISAC) para mejorar la conciencia del entorno; en tecnologías de Massive MIMO con miles de antenas para mejorar la eficiencia espectral en el espectro FR3 (7-24 GHz) y en nuevas arquitecturas de red que permitan mayor flexibilidad y capacidad de programación. Si bien el 6G está en un nivel de definición muy general, espera cambios con la reciente celebración del workshop 6G de 3GPP, TSG#107 en Corea. «Su principal objetivo es iniciar el trabajo para la especificación de la Release 20, la primera asociada con 6G, con especial énfasis en la interfaz de radio y la arquitectura del núcleo de la red 6G», aclara. Los cables submarinos son una de las infraestructuras críticas de la actual era digital. Más del 99% de las comunicaciones globales viajan a través de los cables submarinos, lo que les convierte en un elemento esencial para la competitividad económica y la seguridad nacional de los países. «En un momento en el que la conectividad y el tráfico de datos cobra cada vez mayor importancia, la capacidad de transmisión es crucial. En este sentido, la capacidad de transmisión de un cable submarino de última generación es más de un millón de veces superior al de la conexión de Internet residencial», explican fuentes de Telefónica. Telxius, filial de infraestructuras de Telefónica, cuenta con una red de más de 100.000 kilómetros que incluye nueve cables submarinos de fibra óptica de última generación. España sobresale como uno de los principales hubs de conectividad al sur de Europa en o que a cables submarinos de refiere. Son varios factores los que han influido para alcanzar este papel destacad , como su posición geográfica privilegiada, entre África y Europa, y en conexión directa con el Atlántico o el contar con unas infraestructuras de telecomunicaciones a la vanguardia de Europa tanto por el alcance y capacidad de sus redes de acceso (red móvil y FTTH) como por sus redes de núcleo (Transporte e IP) que soportan de manera fiable y robusta las comunicaciones en todo el territorio. Desde Telefónica señalan igualmente el papel que ha tenido esta compañía «en dotar al país conectividad internacional de última generación, con la máxima velocidad y la mínima latencia en la transmisión de datos, teniendo en cuenta que los cables submarinos conforman una infraestructura estratégica por la que discurre una parte muy importante del tráfico mundial». Un ejemplo de esto último es la puesta en marcha en 2018, junto con Microsoft y Meta, de Marea, del primer cable de última generación que amarraba en España. «Éste ha sido el primero de una decena de sistemas submarinos que han amarrado en la Península Ibérica y que han ayudado a potenciar a España como uno de los países del continente con mejor conectividad internacional, como demuestra el hecho de que empresas tecnológicas como Microsoft, Google o Amazon hayan establecido aquí sus regiones cloud o numerosos centros de datos», resalta la entidad. Telefónica continúa potenciando la conectividad en España mediante el despliegue de cables submarinos adaptados a los estándares europeos de seguridad y a la política de autonomía estratégica del continente. Próximamente va a desplegar el cable submarino Pen-Can-X para unir Canarias con la Península y el resto del mundo, facilitando que el archipiélago disfrute de una conectividad robusta, con altas prestaciones y una latencia mínima. Vicente Negro Valdecantos, catedrático de Tecnologías del Medio Ambiente de la UPM cree importante recordar que la trasmisión de datos no se hace por satélite. «Es más fiable y rápida si se realiza por cables submarinos. La península presenta una posición estratégica y conectiva que por debajo de los océanos pueden llevarnos los datos a casa», resalta. Destaca en Barcelona el Medloop que «conecta con puertos del Mediterráneo europeo» y el Medusa que «conecta el Mediterráneo con puertos europeos y africanos» y el cable de Aqua Comms que «une Europa, Oriente Medio e India». Indica también que Bilbao se ha convertido en uno de los grandes centros de llegada de cable submarino a nivel nacional. Concretamente, en 2022, «esta ciudad recibió al cable Grace Hopper para conectarse directamente con Bellport (Estados Unidos); en 2018, el cable Marea conectó a la Península Ibérica con Virginia Beach (Estados Unidos); y, en 2022, el cable Tata TGN se unió al Reino Unido desde esta misma ciudad mencionada», recalca. Otras regiones que albergan cables submarinos son Andalucía (Almería, Cádiz y Málaga), Comunidad Valenciana (Valencia y Sagunto), Cantabria (Santander) y los dos archipiélagos. «Podemos considerar a España como ‘hub’ submarino en la era digital para la distribución de datos por el lecho marino», subraya el catedrático .