Publicado: marzo 2, 2025, 1:20 pm
Con tal solo once años, Nada Al-Ahdal vivió la experiencia más traumática de su vida, la cual compartió en un vídeo haciendo que su caso diera la vuelta al mundo: la huida de su propia boda.
Cada tres segundos una niña menor de 18 años contrae matrimonio de manera forzada en el mundo. Nada más y nada menos que 12 millones de mujeres cada año son sometidas a casarse bajo el nombre de una falsa tradición. Nada Al-Ahdal, una niña yemení de 11 años, fue una de las víctimas de este tipo de matrimonios, los cuales siguen celebrándose en países como La India, Brasil, Bangladesh, Etiopía y Nigeria.
La joven conmocionó al mundo grabando cómo escapaba de su propia boda con un hombre 20 años mayor que ella: «Los medios de comunicación me salvaron la vida«, sostiene. En el vídeo, visto por millones de personas, la pequeña aseguró que había «denunciado» a su madre: «Tengo 11 años y no quiero casarme. Prefiero morir«, confesó en 2013.
«En tres días era mi boda. Estaba en shock», explicó a los medios, mientras recordaba que su tía y su hermana, en su misma situación, «intentaron suicidarse y se prendieron fuego: «Mi deber es ser la voz de otras niñas».
Su tío la ayudó a salir del país, sin embargo, su huida se complicó por momentos. Antes de poder cobijarse en la Embajada inglesa, la joven fue secuestrada durante 14 días por Al Qaeda. Tras la repercusión sin precedentes de su caso se ilegalizaron los matrimonios forzosos en Yemen. Desde aquel espeluznante momento han pasado 12 años y ahora Nada vive en Reino Unido donde estudia leyes.
Pese a lo ocurrido, Nada ha intentado retomar la relación con su familia, que se encontraba furiosa tras su huida. Aunque visitó a su madre «con flores y pasteles», esta la rechazó asegurando que ya no era «su hija», algo «muy doloroso» para la activista. A día de hoy, han conseguido solucionar sus diferencias y apoyarse la una a la otra.
Su propia fundación
Además, la yemení ha creado su propia fundación para ayudar a otras niñas en situaciones tan aterradoras como la que ella vivió y se ha convertido en una activista de renombre y en un símbolo mundial contra el matrimonio concertado. «Puedo vivir sin un hombre, ¡está bien!», exalta.
La joven recibió este sábado en Madrid el premio de la Fundación Emilia Zaballos por su labor en favor de los derechos humanos, en una gala donde también fue galardonado Pedro Piqueras por su carrera como comunicador. Por su parte, Al-Ahdal manifestó que se considera feminista: «Eso es incuestionable, ¡no hay duda! Por dentro, por fuera y por todos lados».
