Publicado: diciembre 13, 2025, 12:30 am
Cada vez son más los creadores de contenido que no temen alzar la voz en redes sociales contra el bullying para concienciar sobre esta lacra social que afecta a niños y adolescentes durante su etapa escolar. Tal es el caso de Silvana Rebollo, quien, en su último vídeo de TikTok, ha relatado su dura experiencia en su pueblo, Moguer, donde sufrió acoso durante años.
«El acoso fue tan extremo que terminé yéndome de allí», señaló en su vídeo la tiktoker, quien, con apenas 18 años, ha logrado construir una fiel comunidad de más de 4,7 millones de seguidores en TikTok. No obstante, y pese a su notorio apoyo virtual, la onubense aún debe lidiar con gestos y actitudes hostiles por parte de quienes la acosaban en el pasado y que, ahora, tratan de darle «lecciones de humildad».
Y es que, según relató, recientemente publicó un vídeo desde una cuenta privada en el, siguiendo uno de los trends virales del momento, bromeaba con que era la «envidia de Moguer». Rápidamente, entre comentarios que le daban la razón y que confirmaban sus sospechas, empezó a ser objeto de duras críticas por parte de otros paisanos.
«Me quieren dar lecciones de vida y de humildad cuando no saben ni la mitad de lo que he vivido», apuntó Rebollo, achacando tales desprecios al «odio» que le profesaban sus acosadoras en el instituto sin motivo aparente. Las mismas que, según ella, se dedicaron ahora, casualmente, a comentarle mensajes despectivos en su vídeo.
«Fueron las que me hicieron la vida imposible en el instituto, que están muy orgullosas de eso. Las mismas que tienen la culpa de que yo haya estado dos veces en el hospital por intento de suicidio», confesó la creadora de contenido, plantándose ante quienes la cuestionan por alzar la voz frente a la situación.
«¿Se supone que tengo que respetar a la gente que me ha hecho bullying toda la vida y que me llevó a acudir a psicólogos cinco años?», denunció. En este punto, Silvana señaló la supuesta hipocresía de aquellas personas de su pueblo que lamentan públicamente casos de acoso como el Sandra Peña mientras «se ríen» de quienes «conocen de toda la vida».
En su caso, cuenta, sus compañeros se burlaban de ella por publicar contenido en redes, una actividad que, con el tiempo, se ha convertido en una gran fuente de ingresos y de la que se sienta muy orgullosa. «Yo me la pasaba encerrada en la biblioteca porque no podía más. Me hacían la vida imposible por hacer vídeos y destacar», sentenció.
En su vídeo, que no tardó en hacerse viral, la tiktoker —quien a día de hoy opta por ignorar a quienes la desprecian en su pueblo— reflexiona sobre el duro camino que ha recorrido y que la llevó a alejarse de allí. «Solo salía a algún lado con mis padres. No salía de casa y no me pudisteis ver por el pueblo en cinco años por el miedo y la ansiedad que tenía por vuestra culpa», lamentó.
