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La 'retorcida' historia de Amanda Knox, la estudiante acusada de un crimen que nunca cometió

Publicado: agosto 21, 2025, 7:30 am

El nombre de Amanda Knox se convirtió en sinónimo de ‘juicio paralelo’ y en uno de los procesos judiciales más mediáticos y polémicos de las últimas décadas. La justicia casi flaquea cuando esta joven estadounidense, que en 2007 tenía apenas 20 años, viajó a Italia para cursar estudios en la Universidad de Perugia.

Knox compartía piso con otras estudiantes, entre ellas Meredith Kercher, una joven británica de 21 años que, el 1 de noviembre de 2007, fue encontrada en su habitación sin vida y con signos de violencia. El caso cobró relevancia desde el día uno y atrajo la atención de la prensa por la brutalidad del crimen y por la rapidez con la que Knox y su entonces novio, Raffaele Sollecito, se convirtieron en sospechosos.

Irregularidades en la justicia italiana

Con los detalles del caso siendo tergiversados a diestra y siniestra, la fiscalía sostuvo la tesis de que la joven había participado en el asesinato en un contexto de supuesto “juego sexual” que salió mal. Aquella narrativa se coló entre los titulares reforzando la imagen de Knox como una mujer fría y calculadora, apodada por la prensa como Foxy Knoxy.

El caso nunca estuvo libre de contradicciones. Desde el principio, la investigación fue criticada por fallos en la custodia de pruebas, contaminación de ADN y declaraciones obtenidas bajo una fuerte presión psicológica o coerción.

Para Knox la situación no fue fácil, ella que apenas llevaba unas semanas en Italia y aún tenía dificultades con el idioma, denunció que sus interrogatorios fueron largos, sin asistencia legal adecuada y en un ambiente hostil. De hecho, la joven llegó a firmar una declaración en la que implicaba falsamente a un amigo, aunque más tarde se retractó, alegando haber sido presionada.

En 2009, Amanda Knox y Raffaele Sollecito fueron condenados a más de 20 años de prisión, mientras que otro acusado, Rudy Guede, fue juzgado aparte y sentenciado tras admitir una participación indirecta en el crimen. Pero la historia no terminó ahí, en 2011, tras apelar la sentencia, Knox y Sollecito fueron absueltos por falta de pruebas concluyentes.

Nula presunción de inocencia

La decisión de absolver a los jóvenes supuso entonces un giro inesperado que dividió aún más a la opinión pública. Mientras unos celebraban que se había hecho justicia frente a un proceso plagado de irregularidades, otros mantenían la sospecha de que ambos habían estado implicados.

La libertad no fue definitiva. En 2013, el Tribunal Supremo de Italia ordenó repetir el juicio, prolongando el calvario para ambos jóvenes y argumentando que había aspectos no suficientemente aclarados. Un año más tarde, Knox volvió a ser condenada en ausencia a 28 años y medio de cárcel. Ella, que ya se encontraba en Estados Unidos, declaró que no regresaría a Italia por miedo a volver a ser encarcelada injustamente.

Finalmente, en 2015, la Corte Suprema italiana zanjó el caso y dictó la absolución definitiva de Knox y Sollecito, alegando graves errores en la investigación y en la valoración de las pruebas.

El papel de los medios

Desde entonces, Amanda Knox ha tratado de reconstruir su vida. Se convirtió en escritora, conferenciante y activista por la reforma judicial, denunciando los peligros de los juicios mediáticos y los errores de los sistemas penales. En entrevistas y documentales, Knox ha contado cómo su experiencia la marcó para siempre, no solo por los cuatro años que pasó en prisión en Italia, sino también por el estigma público que aún la persigue.

El caso de Amanda Knox sigue siendo objeto de debate académico. Por un lado, se cita como ejemplo de cómo la búsqueda de culpables rápidos y la cobertura sensacionalista pueden influir en un proceso judicial. Por otro, recuerda la dificultad de llegar a la verdad en un crimen rodeado de pruebas contradictorias, hipótesis enfrentadas y errores en la cadena de investigación.

A día de hoy, la única condena firme es la de Rudy Guede, quien cumplió su pena y quedó en libertad en 2021. Meredith Kercher, en cambio, sigue siendo la gran ausente en una historia que quedó eclipsada por el protagonismo de Knox en los medios. La familia de la víctima ha señalado que, más allá de la atención mediática, lo importante es no olvidar a Meredith y la vida que perdió de manera tan trágica.

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