La Reserva Federal de EE.UU. decidió ayer mantener los tipos de interés sin cambios, en el nivel de entre el 4,25% y el 4,5% . Era una decisión telegrafiada, después de varias bajadas decretadas por el banco central estadounidense desde el pasado septiembre, que habían reducido los tipos en un punto porcentual. La Fed mantuvo los tipos pese a las presiones indisimuladas del presidente estaodunidense, Donald Trump , que ha dejado claro en su primera semana en la Casa Blanca que buscará influir en el organismo y en su presidente, Jerome Powell, que actúan con independencia del Gobierno. El pasado jueves, desde la Casa Blanca, Trump aseguró que quiere que los tipos de interés «bajen mucho», algo en lo que insistió con ferocidad también en su primer mandato, con el objetivo de impulsar la economía de Estados Unidos. E insistió en que él sabe mucho más de tipos de interés que Powell y el resto de banqueros centrales. Christine Lagarde , la homóloga de Powell en el Banco Central Europeo (BCE), ha criticado con dureza estas presiones de Trump y ha insistido en la independencia de los reguladores de política monetaria. El problema, claro, es la inflación , con la que la Fed ha tenido que fajarse con fuerza en los últimos años. «Me gustaría ver una caída en el precio del petróleo, y cuando la energía baje, eso va a acabar con buena parte de la inflación», defendió el presidente. «Y eso provocará de forma automática la bajada de los tipos», añadió. De momento, la Reserva Federal toma una postura optimista, pero cauta, sobre el estado de la economía de Estados Unidos. La decisión de poner en punto muerto los tipos de interés tiene que ver con la buena marcha del crecimiento económico y del empleo, pese a venir de un periodo de tipos altos para poner en cintura a los precios; y con cierta incertidumbre sobre la evolución de la inflación, que es positiva, pero que todavía no llega al objetivo del 2% que se marca el banco central norteamericano. Parte de la incertidumbre tiene que ver con una eventual imposición de aranceles generalizados a las importaciones por parte de Trump, lo que podría elevar la presión sobre los precios y volver a elevar la inflación. La postura mostrada ayer por la Fed no anticipa que haya bajada de tipos en la próxima reunión, en marzo, pero sí está en el escenario para mayo, si la evolución de precios lo permite. La decisión del banco central estadounidense supone el primer desacople con el BCE en su lucha contra la inflación : el regulador europeo espera mantener la senda de bajadas de tipos en su reunión de este jueves, donde se prevé un nuevo recorte de un cuarto de punto, que dejaría el precio del dinero en Europa por debajo del 3%.