Publicado: mayo 26, 2025, 2:00 pm
El cuerpo humano trabaja en conjunto, por eso determinados daños en una zona concreta del cuerpo pueden verse reflejados en otra, por ejemplo, determinados cambios en la alimentación pueden ayudarnos a reducir dolores de cabeza o determinados daños en las uñas pueden ser un síntoma de cáncer de pulmón, un cáncer que es el cuarto más frecuente en España.
Una flexibilidad excepcional puede parecer una ventaja en determinados momentos, sobre todo para dejar a la gente perpleja en fiestas, pero también puede tener un lado menos positivo. En algunas ocasiones se debe a un determinado trastorno (síndrome de Ehlers-Danlos) que puede traer consigo otras consecuencias para la salud, algunas de ellas relacionadas con enfermedades pulmonares.
Las pruebas de flexibilidad que pueden indicar riesgos
La flexibilidad es la capacidad del cuerpo o de una parte de él de recorrer un rango de movimiento amplio y suave; si este rango es corto, se suele decir que se tiene poca flexibilidad, si es mayor de lo habitual, se considera que una persona es muy flexible. Muchas personas trabajan la flexibilidad para que sea mayor, porque mejora el rendimiento físico y reduce el riesgo de sufrir lesiones, también puede ayudar a reducir algunos dolores y molestias articulares, mejorando la coordinación muscular.
Hay quien no tiene que trabajarlo porque tiene una flexibilidad excepcional, lo que en algunas ocasiones puede deberse al síndrome de Ehlers-Danlos (SED). Este síndrome, que es un grupo de trastornos hereditarios, se caracteriza por articulaciones extremadamente sueltas o laxas, piel muy elástica en la que se forman hematomas con gran facilidad y vasos sanguíneos que se dañan fácilmente. Uno de los síntomas de este síndrome es también una de las pruebas que se realiza para poder diagnosticarlo, la hipermovilidad articular o una soltura excesiva de las articulaciones, es decir, que se mueven más allá del rango considerado normal.
Una de las formas de comprobar si esa laxitud es una hipermovilidad articular es a través de la Escala de Beighton, que mide si el paciente es capaz de extender el meñique hacia atrás más de 90º, si puede llegar a tocar con el pulgar su antebrazo, si al estirar el bazo en lugar de formar una línea recta el codo se extiende más de lo habitual, siendo igual con la rodilla, o si al flexionar el tronco es capaz de apoyar las palmas de las manos en el suelo. Esto va proporcionando una serie de puntos que, sumados, pueden indicar la presencia de este síndrome, pero no es definitivo. Normalmente, para un diagnóstico es necesario hacer más pruebas.
La relación entre la flexibilidad y una enfermedad pulmonar
El síndrome de Ehlers-Danlos (SED) incluye varias enfermedades del tejido conectivo, que afecta a los tejidos de soporte de la piel, los huesos, los vasos sanguíneos, pero también otros órganos del cuerpo, como pueden ser los pulmones.
Según explica Taylor Goldberg, entrenador especializado en hipermovilidad de Colorado, al Newsweek y recogen en El Debate, estos daños en el tejido conectivo pueden “influir en la mecánica respiratoria y en la estabilidad de las vías aéreas cuando se encuentra debilitado o inestable”. Es decir, que las personas que tienen una hiperlaxitud y son diagnosticadas de SED pueden tener “mayores dificultades para recuperarse de enfermedades respiratorias”.
Referencias
Síndrome de Ehlers-Danlos: MedlinePlus enciclopedia médica. (s. f.). https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001468.htm