Publicado: diciembre 4, 2025, 4:30 pm
El palacete de Ciutadella fue legado a su muerte en 2009 por el inversor, farmacéutico y millonario Juan Ignacio Balada Llabrés a los entonces príncipes de Asturias, Felipe y Letizia (un 50%) y a los ocho nietos del actual rey emérito, Juan Carlos I (el otro 50%).
La princesa Leonor y la infanta Sofía, ambas mayores de edad, han renunciado a la herencia de este edificio y han donado a la Fundación Hesperia sus respectivas cuotas de participación sobre el inmueble.
Así lo confirma la respuesta que la casa real ha remitido al Ayuntamiento de Ciutadella, después de que el Consistorio solicitara de nuevo, el pasado mes de julio, la cesión de esta propiedad, según informa la página Menorca.info.
Con este movimiento, Leonor y Sofía siguen los pasos de sus padres, quienes en 2010 decidieron destinar la parte que les correspondía de la herencia a fines de carácter social, y renuncian igualmente a hacer un uso privativo del inmueble. Por ello, en la carta de respuesta de la casa real se remarca que ahora ambas «carecen de poder decisorio sobre el destino del inmueble».
Juan Ignacio Balada dejó su herencia, en un 50 por ciento, a los entonces príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, y la otra mitad a los ocho nietos del rey emérito: Froilán y Victoria Federica de Marichalar, hijos de Jaime de Marichalar y Elena de Borbón; Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin, hijos de Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón; y a las hijas de los reyes.
El consistorio ya preguntó en 2021a la casa real por la cesión, momento en que se respondió que todos los nietos debían ser mayores de edad. Leonor tiene 20 años y su hermana 18, lo son ya, razón por la cual han cedido su parte. Se desconoce qué hará el resto de los nietos de los reyes eméritos.
